En la Edad Media, un tercio de la población europea pereció a causa de la Peste Negra. Ahora, una investigación rastreó el inicio de esta terrible pandemia hasta Asia Central, más específicamente en el actual Kirguistán. A mediados del siglo XIV, el mundo atestiguó una de las enfermedades más mortíferas de la historia. La Peste Negra afectó Asia Occidental, pero se ensañó mucho más con los europeos.
El origen de la enfermedad ha intrigado a los científicos desde entonces, pero es posible que el misterio finalmente empiece a develarse. Recientemente, un estudio publicado en la revista Nature apunta a un origen específico de la enfermedad. Las pistas que llevaron a esta conclusión se encontraron en 30 esqueletos exhumados de tumbas en el valle Chüy, al norte de Kirguistán, hace más de 130 años.
Una bacteria llamada Yersinia pestis fue la causante de la peste, patógeno cuyo genoma ha sido rastreado por los científicos a lo largo y ancho del continente europeo. En investigaciones previas, donde se comparaban genomas con los restos mortales de las víctimas de la Peste Negra, los investigadores Maria Spyrou y Johannes Krause detectaron que la segunda ola de la pandemia comenzó en una villa rusa.
Mucho antes, un equipo de científicos aseguró descubrir a la primera víctima de la peste. Esta persona murió en Letonia, miles de años antes del inicio de la pandemia. Y es que se infectó de una variante menos transmisible de la Yersinia pestis.
¿Dónde se originó la Peste Negra?
En esta nueva investigación, Spyrou y Krause consideran que la peste se originó en Asia Central. Basan sus sospechas en muestras de ADN obtenidas de siete cadáveres retirados de las sepulturas del valle Chüy. Además, las mismas sepulturas presentaban detalles vagos sobre una peste desconocida. Entonces, la enfermedad que originó la pandemia de Peste Negra habría empezado a transmitirse en la década de 1330 en el actual Kirguistán.
Maria Spyrou explica que analizaron piezas dentales, pues en esta región se encuentran muchos vasos sanguíneos. Esto proporcionó a los investigadores una «oportunidad inigualable» para detectar patógenos transmitidos por la sangre que pudieron matar a las personas. Los científicos secuenciaron el material genético presente en esos dientes y lo compararon con los genomas modernos e históricos de la Y. pestis.
En tres de los siete esqueletos analizados localizaron vestigios del antiguo ADN de la bacteria. Y gracias a los grabados presentes en las rocas de las sepulturas, se concluyó el año exacto de las primeras muertes causadas por la Peste Negra: 1338. «El presente estudio responde uno de los mayores enigmas de la historia y determina el momento y tiempo donde comenzó el asesino más notable e infame de seres humanos», dijo Philip Slavin, historiador de la Universidad de Stirling.
Sin embargo, debemos aclarar que los resultados de la investigación presentan ciertas limitaciones principalmente por el tamaño de la muestra. Además, los hallazgos arqueológicos no suelen ser definitivos. Esto quiere decir que las cosas pueden cambiar si se encuentran otros restos mortales de víctimas de la peste que murieron antes.
Nota cortesia de Don Beto el degenerado de watsap
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