Tienen lo justo y necesario. Por lo general, no superan los 40 metros cuadrados y, algunas de ellas, se alimentan con energía sustentable. Una nueva forma de vivienda que, de a poco, gana adeptos en América Latina.
La creciente urbanización y movilidad hacia las ciudades suscitada durante las últimas décadas generó una transformación radical del espacio disponible. Nuevas brechas surgieron como producto de este fenómeno, que se vio aún más potenciado en la era de la hiperconectividad y modificó la forma de relacionarse y consumir.
En este contexto, en el cual se produce una resignificación del espacio, se consolida el fenómeno de las Tiny Houses. Las ‘mini casas’ son una tendencia que ganan cada vez más terreno a nivel mundial y en la región. Se tratan de viviendas pequeñas que responden a un diseño ergonómico determinado y en las que la distribución del espacio se limita a lo estrictamente necesario.
Según datos de la ONU, el sector residencial utiliza el 40% de los recursos totales del planeta y es responsable de más de un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Es decir que, además de surgir como respuesta a la superpoblación de las grandes ciudades y un problema de espacio, las Tiny House son una necesidad en términos ecológicos.
ONU-Habitat es una agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Nairobi, que tiene el objetivo de promover ciudades y pueblos social y ecológicamente sostenibles. Este programa desarrolló una estrategia junto la Universidad de Yale y el estudio Gray Organschi Architecture que materializó el concepto definitivo de la Tiny House.
El objetivo del proyecto con sede en New Haven fue desarrollar cadenas de casas modulares que fueran capaces de otorgar un espacio digno a sus habitantes y sean autosuficientes tanto dentro de la ciudad como en espacios marginados o dañados por las inclemencias medioambientales.
Los líderes del programa encabezado por la ONU sostienen que esta casa modelo podría ser ocupada por una familia de cuatro integrantes. Además, colabora con el medio ambiente: el revestimiento interior de fibra de madera mantiene estable la temperatura interior y el techo inclinado fue diseñado para ser un espacio ventilado gracias al efecto chimenea en el que el aire caliente del nivel inferior se eleva y crea un conducto de enfriamiento orgánico. Paralelamente, los paneles solares del techo son los responsables de generar energía suficiente para el abastecimiento básico.
El fenómeno en América Latina
Más allá del esquema modelo que desarrolló la ONU, con un espacio pequeño provisto de energía limpia y madera de abeto laminado cruzado como el material principal para su desarrollo, el fenómeno de las Tiny House se desarrolló de manera dispar en América Latina.
A través de la arquitectura y el diseño, se responde a las necesidades de las composiciones de hogar actuales, modificando los espacios para adaptarse a nuevos roles y prioridades. Surgen aquí estructuras modulares y personalizables pensadas para estadías temporales, el protagonismo de espacios como la cocina (que cobra una nueva connotación y otorgándole un rol más social), y el rediseño de habitaciones de un mismo tamaño en vez de una habitación principal.
Juan Baquero, fundador de TinyHouse Colombia, explica que este tipo de viviendas tienen cerca de 40mt² o menos y cuentan con todos los servicios. “Una ‘tiny house’ puede estar construida en cualquier material. Nosotros las construimos rodantes y en madera; otros las construyen en contenedores de segunda o con paredes de poliuretano. El interior reduce los espacios de conexión como pasillos y recibidores, y deja los espacios de servicio como cocina, sala y baño de tamaño regular”, explica el empresario.
Según cuenta Baquero, las construcciones de su empresa ahorran hasta 11,000 litros de agua al año por persona gracias al baño de compostaje. “Además -explica-, reciben cualquier tipo de energía limpia, solar o eólica, y el 98% de nuestra construcción es renovable o reciclable”.
Las ruedas debajo de las tiny tienen que ver con una cuestión legal: “En muchos países no te permiten vivir en menos de determinados metros cuadrados. En Uruguay, por ejemplo, son 32 mt². Por eso, al hacerlas casa rodante, pueden esquivar este peso de la ley”.
Según los expertos, este tipo de construcciones suelen ser utilizadas más como hogar de verano o fin de semana que como vivienda fija. En muchas ciudades del mundo no están permitidas, razón por la que suelen estar en lugares alejados, ya sea campos o cerca de la playa.
Nota cortesía:
Fuente de información:
Editor (14 de marzo de 2022). Tiny Houses, el fenómeno de las ‘micro casas’ que desafían a la arquitectura. sura Seguros, Tendencias y Riesgos. Recuperado el 31 de julio de 2022 de: https://segurossura.com/blog/habitat/tiny-houses-el-fenomeno-de-las-micro-casas-que-desafian-a-la-arquitectura/
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