En la isla de Wight, al sur de Inglaterra, un equipo de paleontólogos descubrió restos fósiles de lo que podría haber sido el mayor depredador de Europa. Sospechan que los restos pertenecían a un enorme carnívoro de dos piernas, quizá el terópodo más grande que habitó esta región del planeta. Su único rival es el Megalosaurus bucklandii, descubierto en una región de Francia.
En el suborden de los terópodos se engloba a una clase dominante de dinosaurios entre los que destacan los tiranosaurios, velociraptores, megalosaurios y espinosaurios. Durante el Jurásico inferior, estas especies se ostentaban como los únicos grandes carnívoros terrestres. De todos, probablemente los espinosaurios eran los más grandes y largos.
En los lechos de ríos que alguna vez surcaron en el norte de África, se localizaron fósiles de espinosaurios que ilustran a un animal de dimensiones épicas. Su masa corporal fácilmente superaba las trece toneladas, mientras que su cuerpo medía más de quince metros de cola a cabeza.
Los fósiles localizados en la isla Wight no sugieren un animal de estas dimensiones. Pero, un estudio concluye que eran más grandes que cualquier otro fósil de espinosaurio localizado al sudoeste de Europa. “Era un animal gigantesco, con más de 10 metros de largo. Basados en sus dimensiones, probablemente es el mayor dinosaurio depredador que existió en Europa”, subraya Chris Barker, paleontólogo de la Universidad de Southampton. “Es lamentable que solo se conozca a partir de evidencia tan escasa”, agrega.
Los fósiles en la isla de Wight.
Los fósiles de esta especie son extremadamente raros y mucho más en la isla de Wight, donde solo se han descubierto tres. Los paleontólogos tienen la sospecha de que este último hallazgo es de una especie distinta, aunque es complicado demostrarlo con evidencia tan limitada. Los huesos de la pelvis y cola del dinosaurio sugieren que era un animal enorme.
Además, el patrón de sus vértebras apunta al género espinosaurio. El ambiente donde se localizaron los restos también concuerda con lo que se sabe sobre los espinosaurios. La roca donde quedó atrapado el fósil alguna vez formó parte de un lago arenoso. Probablemente, ese era el lugar de pesca del depredador. Y si este dinosaurio guardaba similitudes con los otros espinosaurios conocidos, probablemente era un hábil nadador.
Por ahora, los autores le otorgaron el nombre temporal de “Spinosaurus de Piedra Blanca”, en honor al color de la arenisca dónde encontraron el fósil. Sin embargo, si estos restos fósiles pertenecen a un nuevo tipo de espinosaurio o a otro terópodo de grandes dimensiones, es algo que está por verse.
“Como solo lo conocemos por fragmentos, no podemos otorgarle un nombre científico formal”, explica Darren Naish, paleontólogo de la Universidad de Southampton. “Esperamos que en el futuro aparezcan restos adicionales”, termina el científico.
Nota cortesia de Doña Naturella garras
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