martes, 12 de noviembre de 2019

Lawrence Bader, el hombre que se olvidó a sí mismo

En 1957, personal de la Guardia Costera estadounidense que realizaba labores de inspección en el Lago Erie después de una fuerte tormenta encontró una embarcación varada en la orilla. Tras una investigación se supo que había sido alquilada por un hombre llamado Lawrence Bader. No localizaron rastros de Bader ni pistas que sugirieran su paradero. Eventualmente, las autoridades lo declararon oficialmente muerto. Mary Lou, su esposa, enviudó y quedó a cargo de cuatro pequeños hijos.
historia de Lawrence Bader
John “Fritz” Johnson.

Encuentro inesperado.

A inicios de febrero de 1965, Suzanne Peika acudió a una convención de artículos deportivos en Chicago y se paró frente a una cabina de tiro con arco. En este lugar, un sujeto de cabello castaño, bigote bien delineado y un parche en el ojo dirigía una plática a los minoristas. El parecido con Lawrence, su finado tío, era increíble. Por supuesto, aquella posibilidad parecía remota pues, supuestamente, el hombre había muerto.
Tras observar al sujeto durante varios minutos, se acercó a la cabina de exhibición y preguntó: “¿no eres mi tío Larry?”.
El hombre sonrió y se mostró confundido. No se llamaba Larry y mucho menos tenía sobrinos. Su nombre era John Johnson, aunque lo apodaban “Fritz”. Residía en Omaha, Nebraska, donde fungía como director de deportes en un canal local de televisión. En ningún momento mostró enojo o descontento, aunque se mantuvo firme en su postura. Dijo que no era más que un malentendido.
Sin embargo, la semilla de la duda empezaba a echar raíces en la mente de Peika. Los hermanos de Lawrence abordaron un avión en Ohio y volaron a Chicago, donde volvieron a confrontar a Johnson. Con vehemencia, el hombre negaba ser Larry Joseph Bader y tener algún tipo de parentesco con estos desconocidos.
Finalmente, lo convencieron de ir a una estación de policía para comparar sus huellas dactilares. Los hermanos explicaron que Bader había servido en la Marina estadounidense, por lo que sus huellas estarían en el archivo policial. Esto despejaría cualquier duda.
Un día después, la policía llamó a los involucrados. Las huellas dactilares tomadas a Fritz coincidían con las de Lawrence Bader. Tras desvanecerse en las inmediaciones del Lago Erie, reapareció a más de 1,000 kilómetros con un nuevo nombre, nuevo empleo, nueva esposa, nuevos hijos y recuerdos completamente distintos a las experiencias reales que había tenido hasta los 30 años de vida.
Lawrence Bader y sus hermanos

La misteriosa desaparición de Lawrence Bader.

Lawrence Bader había nacido un 2 de diciembre de 1926 en Akron, Ohio, Estados Unidos. Stephen Bader, su padre, se ganaba la vida como dentista y Larry consideró seguir sus pasos. Tras servir en la Marina entre 1944 y 1946, Bader ingresó a la Universidad de Akron y abandonó sus estudios un semestre después por sus malas calificaciones. Sin embargo, en esa época de universitario conoció a Mary Lou Knapp, con quien contrajo matrimonio el 19 de abril de 1952.
Para mantener a su numerosa familia, Bader empezó a trabajar como vendedor de artículos de cocina para la empresa Lifetime Distributors. Aunque tenía una personalidad amable y era querido por colegas y clientes, aquel trabajo le ofrecía ingresos muy limitados. Estaba lleno de deudas y se atrasó en el pago de impuestos. Al poco tiempo, se supo que Bader no había declarado impuestos entre 1951 y 1957.
El 15 de mayo de 1957, Bader le mencionó a su esposa que debía conducir hasta Cleveland para terminar un negocio. Después, planeaba ir de pesca y llegar tarde a casa. Mary Lou, embarazada del cuarto hijo, sugirió que volviera directamente a casa una vez terminado su compromiso de trabajo.
“Tal vez lo haga o tal vez no”, respondió Bader antes de irse.
Bader condujo casi 65 kilómetros hasta Cleveland. También cobró un cheque por US$ 400 y pagó algunas facturas, incluida una actualización premium a las políticas de su seguro de vida. Después se dirigió a Eddie’s Boat House, un negocio de alquiler de embarcaciones en Rocky River, localidad que colinda con el Lago Erie.
Ya era tarde y Lawrence Cotleur, propietario del negocio, le advirtió que se pronosticaba una fuerte tormenta en la zona. Bader parecía desconcertado. Pagó US$15 y solicitó una embarcación con luces. Cuando Cotleur comentó que aún restaban muchas horas de claridad, él insistió. Cotleur recordó que su cliente llevaba una maleta.
Lago Erie atardecer
Lago Erie

El incidente en Lago Erie.

Bader se subió a una lancha motorizada, que también estaba equipada con remos, y se adentró en el lago. Personal de la Guardia Costera lo interceptó para reiterar la advertencia que le había hecho Cotleur, sobre el riesgo que implicaba navegar con la tormenta.
Esa fue la última vez que alguien interactúo con aquella persona que respondía al nombre de Lawrence Bader.
A la mañana siguiente encontraron la embarcación varada en la costa de Perkins Beach, a más de 8 kilómetros de la Eddie’s Boat House. Aunque el casco de la lancha estaba rayado y una de las hélices deformada, ninguna otra cosa sugería que la embarcación hubiera volcado. Solamente faltaba un remo. Los chalecos salvavidas estaban completos y el bidón de gasolina vacío. Sin embargo, no había rastro alguno de Bader y su equipaje.
La Guardia Costera realizó una búsqueda en las inmediaciones, pero no tuvo éxito. Mencionaron que, sin un chaleco salvavidas, era imposible sobrevivir a las agitadas aguas más que unas cuantas horas. Tras un par de meses, la policía abandonó toda esperanza de dar con el paradero de Bader, vivo o muerto.
tormenta en el lago erie
Por supuesto, a nadie se le ocurrió buscarlo en Omaha.

El surgimiento de John “Fritz” Johnson.

Cinco días después del trágico acontecimiento, en un bar de Omaha llamado Ross’s Steak House se presentó un sujeto que decía llamarse John Johnson. Con una guía de bebidas bajo el brazo, solicitaba el empleo de barman en el lugar. Además de la maleta, cargaba una pesada bolsa de lona y una licencia de conducir emitida por la Marina. Explicó a su futuro patrón, Mike Chiodo, que había servido durante 14 años en la Marina y acababa de salir.
Lo dieron de baja debido a una lesión en la espalda y decidió recorrer un poco el país. Se había hospedado en el Hotel Farnam, cerca de la estación de autobuses. Presumió de ser un buen empleado, pues solía atender los bares de los clubes durante el servicio.
Le dieron el trabajo y pronto se hizo amigo de los clientes frecuentes. Cuando empezaron a cuestionarlo sobre su inusual nombre, aseguró que lo habían criado en un orfanato de Boston. Entre 22 pequeños que habían abandonado en el lugar, recibió el mismo nombre genérico, aunque un mote distinto.
Hans y Fritz
Hand y Frtiz de The Katzenjammer Kids.
Lo llamaban Fritz pues, explicó, se parecía a un personaje de la historieta The Katzenjammer Kids, de 1897. En ocasiones, cambiaba la historia y aseguraba que el apodo provenía de un corte de pelo que lo hacía parecer un soldado alemán.

Vida nueva.

Insistió en que lo llamaran Fritz y usaba su nombre de pila con poca frecuencia. Firmaba los cheques como Fritz. Todas las facturas estaban a nombre de Fritz. Además, poseía la extraña costumbre de fechar sus cheques por estación, no por día, mes y año como se hace normalmente. Si una factura vencía en febrero, escribía «invierno» en ella.
A nadie le pareció extraño. Las personas veían a Fritz como un hombre alegre, que encontraba felicidad hasta en la actividad más insignificante. Como hombre joven y soltero, salía frecuentemente a citas amorosas. En ocasiones, se ponía juguetón y aparecía con una vieja carroza que tenía sitio para “maniobrar” en la parte trasera.
Ganó varios campeonatos regionales de tiro con arco y era un fanático de la música clásica. Aquel estilo de vida tan libertino, jamás habría sido bien visto por la conservadora sociedad de Ohio.

Celebridad local.

Por supuesto, buscaba ingresos más allá de los que proporcionaba su empleo como barman. Cuando terminaba su turno por la noche, se dirigía a la estación de radio local KBON para practicar sus habilidades de locutor en el equipo de grabación. Para 1959, la estación lo contrató como locutor y se hizo famoso en la localidad.
Lawrence Bader y su esposa
Nancy Zimmer y Lawrence Bader.
En cierta ocasión, como parte de una campaña para crear conciencia y recaudar dinero para el tratamiento de la poliomielitis, subió a una caja sobre una asta bandera de 15 metros, donde se sentó durante 15 días. Aquel desafío de resistencia lo convirtió en una leyenda local.
En 1961 se casó con una ex modelo llamada Nancy Zimmer. Nancy se había casado antes y tenía una hija. Pronto procrearía un hijo con Fritz, que empezó una exitosa carrera en KETV, una filial de televisión local.
Fritz estaba más vivo que nunca con una vida social envidiable, una carrera exitosa y una bella esposa. En Akron, Lawrence Joseph Bader había sido declarado legalmente muerto.

La reaparición de Lawrence Bader.

Cuando descubrieron su engaño, Fritz era un exitoso locutor que trabajaba medio tiempo como asesor para una compañía de tiro con arco. No llevaba el parche en el ojo para ocultar su identidad. De hecho, era consecuencia de un tumor maligno que le fue extirpado en 1964. Arrinconado por su verdadera familia, la nueva vida que había construido en los últimos años empezaba a derrumbarse.
Lawrence Bader locutor
Lawrence Bader.
Aunque insistió en no recordar a “ese tipo llamado” Bader, su reaparición le acarreó una serie de consecuencias éticas y legales. Por una parte, estaba la póliza del seguro de vida, que había pagado a Mary Lou la friolera de US$ 40 mil y había quedado sin efecto. También debían contabilizarse los pagos del Seguro Social hechos a Mary Lou en función del fallecimiento de su esposo. Además, el propietario del negocio de alquiler de embarcaciones buscaba una compensación por los daños causados.

Consecuencias legales.

Peor aún, legalmente Bader seguía casado con Mary Lou, por lo que su matrimonio con Nancy Zimmer era inválido y podían acusarlo de bigamia. Como mínimo, el hombre tenía una responsabilidad financiera con la familia que abandonó en Akron. Fritz contrató al abogado Harry Farnham, quien recomendó realizar una serie de análisis psicológicos en un hospital de la zona.
Tras una intensa evaluación que se extendió varios días, los médicos no pudieron determinar que el hombre engañaba deliberadamente. De hecho, parecía que realmente no recordaba ser Lawrence Bader.
En una entrevista para el Akron Beacon Journal, declaró: “Mi nombre es John ‘Fritz’ Johnson y jamás había escuchado del tal Bader hasta que el problema surgió”. Más que molesto por la terrible situación, parecía auténticamente desconcertado. Más allá de su parecido con Bader y la afición en común por el tiro con arco, no mostraba interés por explorar esos recuerdos, y citaba a los médicos quienes le dijeron que explorar su pasado podría resultar perjudicial para su mente.
memoria distante

Dos vidas arruinadas.

“Por Dios, ¿acaso no comprendes?”, le dijo a un reportero. “De la nada, resulta que tres décadas de mi vida son una mentira. Verás, realmente poseo 30 años de recuerdos como Fritz Johnson. ¿Qué se supone que haga con esos 30 años? ¿Simplemente desecharlos?”.
La situación no hizo más que empeorar. Como no se podía probar que Bader llevó a cabo un fraude conscientemente, las consecuencias legales se frenaron. De hecho, su abogado llegó a decir que la cirugía para extirpar el tumor pudo afectar su memoria. Tal vez en el pasado tenía conciencia de que Fritz sustituyó a Bader, pero ahora le resultaba imposible recordarlo.
Ante las acusaciones, KETV terminó prescindiendo de sus servicios. Nancy lo abandonó, esencialmente porque su matrimonio era una mentira dado que él ya estaba casado. Fritz volvió a trabajar como barman. Sus ingresos ascendían a US$ 100 por semana, 50% para la manutención de los hijos que había procreado con Mary Lou y el 20% para Nancy. Se quedaba con US$ 30 y eventualmente se mudó.

¿La muerte de John “Fritz” Johnson o Lawrence Bader?

Durante varios meses, Mary Lou se ocultó de la prensa y del propio Fritz. Finalmente, decidió reunirse con su esposo en Chicago, acompañada de sus cuatro hijos. Aunque fue una reunión cordial, Fritz se mantuvo firme al decir que no recordaba conocerla y mucho menos tener cuatro hijos con ella. Como insistió tanto en que eran extraños, no quedó otro remedio que tratarlo también como un desconocido. Mary Lou manifestó su esperanza de que algún día regresara.
memoria recuerdos y fotografia
Sin embargo, la vida no permitió a Fritz una reivindicación. En 1966 le volvieron a detectar cáncer, esta vez en el hígado, y murió en septiembre del mismo año. Su partida generó un dilema sobre la forma apropiada de rendir homenaje a un hombre que tuvo dos vidas. La First Methodist Church de Omaha ofreció un servicio en nombre de John “Fritz” Johnson. Un día después, el cadáver fue trasladado a Akron, donde fue sepultado como Lawrence Joseph Bader.
Jamás se supo si Bader sufrió alguna lesión durante la tormenta o un trastorno neurológico. Sin embargo, atendiendo las circunstancias específicas que antecedieron a su desaparición (las deudas, el pago de un seguro de vida y un estilo de vida completamente diferente), es lógico concluir que Lawrence Bader fingió su muerte para escapar de los problemas.

Amnesia disociativa.

Si era verdad que recordaba haber pasado treinta años como Fritz, probablemente padecía amnesia disociativa. En esta condición, las personas olvidan su vida pasada a causa de un profundo trauma o estrés. Cuando se presenta un estado disociativo de fuga, también aparece la necesidad de viajar e inventar una vida para llenar el vacío, estableciéndose en una nueva zona sin recordar cómo llegaron hasta ese punto.
clonados
Únicamente las pruebas neuropsicológicas pueden determinar con precisión los casos auténticos de fuga disociativa. Sin embargo, la evidencia médica sugiere que Bader no pudo sufrir de amnesia durante casi diez años. En estos casos los recuerdos no se pierden, son retenidos en el cerebro y eventualmente regresan.
Aunque haya sufrido un barrido mayor de su memoria anterior, es muy probable que conservara algunos recuerdos. Por ejemplo, mantuvo su habilidad en el tiro con arco. Aunque creyera que su apodo surgió en un orfanato inventado por su psique, es mucho más probable que se haya inspirado en un recuerdo de su vida. De hecho, mientras trabajó como vendedor de artículos de cocina tuvo un jefe llamado Fritz Zepht.