Ser felices es uno de los principales anhelos en esta vida. Cada quien se fabrica su propio concepto de felicidad. Para algunas personas significa disponer de mucho tiempo libre para descansar, otros encuentran la felicidad cuando tienen hijos, para algunos significa vivir el amor plenamente. Y las definiciones no se detienen aquí… muchos necesitan de una mezcla de condiciones para sentirse realmente bien.
Sin embargo, el objetivo de esta publicación no es explicar donde reside la felicidad, sino decir que independientemente de la visión del mundo de cada uno y de nuestras prioridades, se hace muy difícil ser feliz cuando estás al lado de alguien que te sabotea en cada oportunidad.
Sí, algunas personas suelen fabricar pequeñas trampas para sabotear la felicidad ajena, para bloquear la vida de las otras personas. Nunca les he temido a los enemigos declarados como les temo a los falsos amigos.
Mucho peor que los enemigos declarados son los amigos falsos. Son esas personas a las que hacemos conocedoras de nuestra intimidad, que tienen conocimiento de información importante y la utilizan para sembrar pequeños infiernos en la vida de los otros. Quien nunca se haya enfrentado a alguien así debe considerarse afortunado. Quien nunca haya actuado como un falso amigo, debe ser muy feliz.
Algunas personas, incluso siendo muy gentiles y educadas, dejan en claro a través de indirectas, gestos sutiles y diversas omisiones que no llegaron a nuestra vida para hacerla más feliz. ¿Cuántas personas que aseguran disfrutar de la gente, no inyectan dudas y malestar a través de comentarios aparentemente sin intenciones?
¿En cuántas comidas en familia o reuniones entre amigos, no encontramos personas que desacreditan las realizaciones profesionales de los demás? ¿En cuántas reuniones familiares o entre amigos no encontramos personas que, a través de bromas o por medio de consejos, nos quitan motivación y lanzan sombras sobre nuestra relación amorosa o sobre cualquier proyecto que queramos emprender?
No estoy diciendo que todo consejo sea negativo o que toda broma sea mal intencionada. Sí, existen buenos consejos y bromas apenas para descontrariar, sin ninguna mala intención. Pero, si las personas se detuvieran a poner atención, se darían cuenta que algunos individuos agregan poco o nada de bueno a nuestra vida.
Nos daríamos cuenta que algunas personas, incluso mostrando gentileza, en nada nos ayudan, que nada comparten con la gente y que se mantienen cerca como una fuerza que resta impulso o simplemente para obtener algún tipo de ventaja. Muchas veces, algunas personas desean algo material o espiritual que les podemos ofrecer. Sin embargo, no faltan aquellas personas que demuestran amistad o cariño con el simple objetivo de fabricar situaciones que arruinen la alegría ajena.
¿Cuántas personas no se aprovechan de su estatus como amigos para destruir la relación amorosa de alguien de su grupo? ¿Cuántas personas no se aprovechan de su estatus como amigo para destruir la determinación de alguien más inteligente y talentoso?
¿Cuántas personas no se aprovechan de su estatus de parentesco para pedir favores absurdos, como altas cantidades de dinero que nunca serán pagadas, hospedaje por tiempo indeterminado o al revés: interviniendo en la vida de su pariente, determinando cómo debe vivir por el derecho que le da “apoyarlo” económicamente? ¿Cuántas parejas no destruyen la autoestima del cónyuge con único objetivo de mantenerlo servil?
No estoy diciendo que debemos desconfiar de todo y de todos en todo momento. Tampoco defiendo la idea de que todo sea una conspiración. Simplemente estoy advirtiendo sobre el peligro que representan las falsas amistades. Sí, tal abominación existe. Simplemente estoy invitándolos a que presten más atención a las personas que conforman su círculo y a que hagan un balance de las relaciones sociales.
Cuando una persona se encuentra siempre relacionada a momentos estresantes, cancela compromisos de última hora, hace comentarios que nos incomodan y bromas que nos hacen dudar de nuestro potencial, mantente alerta. Cuando un familiar sólo te llama cuando necesita un favor, cuando un familiar que te apoya financieramente se la vive poniéndote en situaciones incómodas, cuando un amigo siembra problemas en tu relación amorosa o cuando la relación amorosa desecha tu individualidad, mantente alerta.