El comportamiento de los humanos es algo complejo que evoluciona con el paso del tiempo, objeto de muchos estudios que arrojan resultados muy interesantes. Se pueden establecer relaciones muy curiosas tomando como base los hábitos humanos en diversas situaciones, pero se hace necesario que una persona sumamente observadora preste atención al entorno para descubrirlas.
Hoy te presentamos algunos indicios, aparentemente sin relación con la economía, que sugieren que la economía de un país podría estar realmente mal.
1 – Los meseros se vuelven más atractivos.
Es un secreto a voces, pero todos sabemos que una buena apariencia física facilita la contratación en un empleo. Sin embargo, en las épocas de crisis feos y bonitos son despedidos por igual, especialmente cuando sus habilidades profesionales no son indispensables para las empresas.
Cuando esto sucede, aquellos que poseían empleos más calificados terminan aceptando trabajos temporales como meseros o vendedores, empleos donde un rostro bonito puede ayudar a recibir una buena propina o a cerrar una venta.
Cuando la situación económica del país empieza a mejorar, estas personas regresan paulatinamente a sus empleos originales.
Es por eso que existe algo llamado Índice Económico de Camareros Bellos, ideado en 2009 por el economista Hugo Lindgren. Aquí básicamente se postula que entre más meseros atractivos existan, peor es la situación financiera de una nación.
2 – Plagas de mosquitos.
Debido a la reducción en el ingreso público, los programas para el control de mosquitos son limitados por el gobierno y la población de estos insectos se dispara. Pero hay otra razón mucho menos perceptible para que este fenómeno suceda: casas abandonadas.
Las casas abandonadas se convierten en verdaderos criaderos de insectos, con piscinas sin mantenimiento, recipientes desechados y otros lugares donde se acumula el agua.
Cuando la economía empeora en una nación, la población se desplaza a casas más pequeñas y las familias se reúnen para compartir los gastos. Los hijos regresan a casa de los padres y dos o tres familias se dividen las habitaciones de una sola casa. Mientras tanto, el resto de inmuebles son vendidos o devueltos a los arrendatarios, cuando se trata de casas alquiladas. Durante este vaivén los inmuebles pueden permanecer varios meses cerrados.
3 – Los criminales se vuelven más creativos.
Es un dato muy conocido que el índice en la violencia urbana se dispara a medida que la situación económica empeora. Sin embargo, lo que muchos desconocemos es que las clases de crímenes se diversifican, y los criminales se ponen más creativos. En época de vacas flacas uno de los crímenes que más aumenta es el secuestro de perros.
Secuestrar animales es fácil y rinde buenos ingresos, ya sea regresando el animal al cobrar rescate, o vendiendo la mascota a otra familia. En época de recesión, el comercio de perros robados tiende a aumentar.
4 – Las prendas pierden el color.
Cuando una persona se siente bien y confiada suele elegir prendas coloridas. Al contrario, cuando hay ansiedad o incertidumbre por la situación financiera, eligen colores más naturales y discretos.
Este comportamiento se observó en el año 2003 en un estudio publicado en los Estados Unidos. “Tras apegarse a colores de prendas prácticas como el negro y el azul marino durante la reciente recesión, vendedores y consumidores están llevando a cabo un cambio de colores nada discreto. La tendencia es una señal clara de que la economía está mejorando”, se especifica en el resumen del artículo titulado El color del dinero.
5 – La venta de obras literarias románticas aumenta.
Es un comportamiento relacionado con un fenómeno llamado escapismo. Cuando los tiempos son difíciles, todos anhelan escapar a una realidad más amena y con finales felices. Mientras la venta general de libros merma durante una crisis, las ventas de este género se disparan.
6 – Las campañas publicitarias se vuelven más agresivas.
Cuando hay abundancia las empresas suelen respetarse entre sí y se enfocan en su público objetivo. Sin embargo, cuando necesitan de forma desesperada hacerse de nuevos clientes, abren fuego en todas direcciones y olvidan el significado de “público segmentado”. Si es necesario meterle una zancadilla a la empresa rival para quitarle los clientes, está permitido. El discurso suele cambiar de “nuestro producto es el mejor” a “el producto de otras empresas es pésimo”.
Algo interesante que se observó en los Estados Unidos durante la crisis del 2008 fue que la propaganda de las fuerzas armadas se hizo drásticamente más agresiva. Como la industria militar termina atrayendo a aquellos que están desempleados, en épocas de crisis las fuerzas armadas pueden permitirse el lujo de seleccionar a aquellos que pueden ingresar.
Échale un vistazo a estos dos comerciales, uno del año 2002 y el otro del 2009. El primero resulta inspirador, afirmando que, aunque difícil, el camino para convertirse en un Marine es reconfortante. En el segundo prácticamente se muestra un episodio de tortura a campo abierto, con el mensaje de: “¿estás seguro de querer meterte aquí?“.
7 – Los traidores se multiplican.
Algunos pueden creer que en épocas de dificultad financiera las parejas se unen para superar juntos la crisis, especialmente porque un divorcio suele ser un proceso costoso. Pero ver que las deudas se acumulan y convivir con la realidad del desempleo termina disminuyendo la intimidad entre la pareja y provocando las ganas de conocer a otras personas.
“Para algunas personas resulta complicado sentirse atractivas cuando tienen miedo a perder sus casas o empleos. Estas personas afirman sentirse distantes y desconectadas de sus parejas”, dice una investigadora de la Universidad de Washington.
En una investigación realizada con 1,670 personas de más de 45 años entre el 2004 y 2009, 21% de los hombres y 11% de las mujeres admitieron haber sido infieles durante una relación estable.
Por increíble que parezca, estas traiciones no terminan con tantos matrimonios como se pensaría. 40% de las parejas que atravesaron dicha situación informaron que lograron superar el problema y siguieron juntos.