Andrew Hall buscó reducir los daños a su salud con el cigarrillo electrónico, pero lo que le causó su uso fue justamente lo contrario.
El hombre de 30 años sufrió la explosión del dispositivo en su boca el pasado fin de semana, causándole la pérdida de siete dientes y quemaduras de segundo grado en la mejilla izquierda y cuello.
"He usado este aparato casi un año y les aseguro que no hice nada que se supone no debía hacer con él (la batería estaba bien y seguí los pasos que me dieron en la tienda), pero aun así me explotó en la cara".
Andrew pasó cuatro días hospitalizado en una unidad de cuidados intensivos mientras los médicos extraían trozos de plástico, dientes y objetos extranjeros de su boca, la garganta los labios.