Mientras estás ahí sentádote, lamentándote porque es lunes y se acabaron las vacaciones, tu corazón bombea constantemente sangre a todo tu cuerpo y tus pulmones no dejan de procesar el aire que respiras para mantenerte vivo. Mientras tus ojos convierten reflejos de luz en imágenes que envían a tu cerebro para que estas letras tengan sentido, a un nivel más pequeño tus células trabajan a toda marcha para que realices movimientos que a veces son imperceptibles.
Si trasnochaste, hoy tu cerebro te lo recordará durante todo el día haciendo tus ojos pesados, resecos y provocando que, de vez en cuando, bosteces para equilibrar la oxigenación en tu organismo y comunicarte que necesitas descansar. Si anoche te pasaste de pulques, tu ajetreado hígado que tiene 450 encargos por hacer para mantener tu cuerpo libre de toxinas, necesitará agua y tu cabeza de una aspirina.
Quizá con esos dos párrafos ya te das cuenta que el cuerpo humano es una maquinaria biológica preciosa que aún guarda algunos secretos, por eso siempre nos resulta interesante descubrir cosas nuevas sobre los misterios que la hacen funcionar.
1 – Humanos enclenques.
Si tuvieras la oportunidad de depilar completamente a un chimpancé, al final te encontrarías con que el cuerpo de este animal es aterradoramente similar al de un ser humano. Pero hablando de la fuerza física, la verdad es que nos quedamos atrás cuando nos comparamos con nuestros amigos primates. Los chimpancés son hasta tres veces más fuertes que los humanos.
Aún no sabemos por qué la evolución nos restó fuerza, aunque algunas hipótesis argumentan que tiene que ver con una diferencia en la función muscular, o quizá con que las fibras musculares de los humanos tienen una menor densidad.
2 – Coordinación motora dominante.
¿Te has preguntado por qué diablos una de tus manos (o pies) es más habilidosa que la otra? ¿Por qué desarrollamos ese factor de dominación en términos de coordinación motora? ¿Por qué 9 de cada 10 humanos son diestros, por qué hay tan pocos zurdos y aún menos ambidiestros? Una teoría dice que esto tiene que ver con el predominio diestro de las conexiones cerebrales relacionadas con el habla, que también requiere de unas habilidades motoras muy refinadas.
Por lo general, el centro del habla del cerebro se ubica en el lateral izquierdo del órgano, la parte responsable por la coordinación motora del lado derecho del cuerpo, y por eso la mayoría de las personas termina siendo diestra. Lo curioso es que no todos los diestros presentan el centro del habla en el lado izquierdo del cerebro. Por su parte, los zurdos sí lo tienen. ¿Ya te das cuenta cómo es de complicado el tema?
3 – Ahora hablemos de pechos.
Las hembras de la clase mamífera tienen la peculiaridad de producir leche durante la gestación para poder alimentar a la cría que está por llegar, y como los seres humanos formamos parte de esta clase no podía ser diferente. Lo intrigante del caso es que, contrario a lo que sucede con otros mamíferos, las mujeres presentan mamas prominentes incluso cuando no están gestando o amamantando.
Una de las explicaciones evolutivas para esta configuración anatómica podría ser que de esta forma los hombres ven en las mujeres a un ser reproductivo maduro, aunque el volumen de los pechos se deba a la grasa y no a la leche. Sin embargo, también están quienes defienden que el tema de las mamas es parte de una conexión entre la madre y el bebé, pues en algunas culturas los hombres no ven los senos femeninos desde un punto de vista sexual.
Florence Williams, que escribió un libro sobre el tema, defiende la idea de que la grasa almacenada en los senos femeninos sirve para que la madre libere hormonas cuando están amamantando, algo que es fundamental para el desarrollo cerebral de los pequeños.
4 – El misterioso vello púbico.
¿Por qué la evolución nos habrá dejado el vello púbico? Algunos dicen que estos pelos aparecen en nuestros órganos reproductivos por un motivo meramente sexual, como un indicador visual de la madurez y también como una forma de exhalar los olores de nuestras feromonas.
Por otra parte, hay quienes defienden la idea de que los vellos están ahí para hacer que la región del pubis tenga menos fricción durante el coito. Pero una cosa sí sabemos, a medida que la civilización humana se desarrolla, la tendencia general apunta a deshacerse de esta cabellera.
5 – La composición total del ser humano.
Toma esto en cuenta: de tu peso total, aproximadamente un 3% corresponde a los microorganismos que viven dándose la gran vida en tu cuerpo. Toma eso en cuenta la próxima vez que te subas a una báscula, quizá aumentaste de huéspedes y no de grasa.
Antes que vayas a zambullirte a una tina de alcohol, debes saber que estos microorganismos son necesarios y muchos te asisten, por ejemplo, en tus funciones intestinales mientras que otros dejan tu piel más suave al tacto. El hecho es que no existe un manual donde se pueda investigar la función precisa de todos esos microorganismos que la gente lleva de un lado a otro.
Otra cosa que debes tener en cuenta es que el uso excesivo de antibióticos termina matando a multitud de bacterias que viven en nuestro intestino y que esa es una forma de adquirir enfermedades autoinmunes, como la diabetes tipo 1.
6 – ¿Cómo funciona la personalidad de cada uno?
Una de las tareas científicas más complejas es comprender la relación que existe entre la mente humana y la fisiología cerebral. ¿De qué forma 100 billones de conexiones neuronales en el cerebro de cada individuo logran crear sensaciones diferentes y particulares? Esa formación de la conciencia humana sobre la vida, que varía entre una persona y otra, para muchos científicos es uno de los mayores misterios del Universo.
“Cada cerebro, incluido el tuyo, está constituido por átomos que se forjaron en los corazones de incontables estrellas hace miles de millones de años. Dichas partículas fluctuaron durante mucho tiempo hasta que la gravedad y la casualidad las reunieron aquí, ahora. Esos átomos ahora forman un conglomerado – tú cerebro – que no solo puede reflexionar sobre las propias estrellas que les dieron origen, sino también pensar sobre la capacidad propia de pensamiento y preguntarse sobre la capacidad propia de cuestionarse. Con la llegada de los seres humanos, el Universo se hizo consciente de sí mismo. Sin duda, este es el mayor misterio de todos”, dijo el neurocientífico V.S. Ramachandran en una entrevista al portal Live Science. No hay forma en que no estemos de acuerdo con este sujeto.