Un extraño padecimiento apodado “ojo de Navidad” aqueja a los australianos desde diciembre. Se trata de una enfermedad que deja los ojos verdes y se viralizó en Internet en las últimas semanas. El miedo entre la población hacia una nueva enfermedad resulta comprensible, sobre todo después de lo que vivimos en los últimos dos años.
En esta ocasión es el turno de un extraño trastorno que resulta alarmante por las características observadas en las fotografías divulgadas. Los ojos de los pacientes presentan un color verde bastante vivo, acompañado por enrojecimiento a su alrededor. Viene afectando particularmente regiones rurales en el sureste de Australia.
Hasta la fecha se han confirmado poco más de 30 casos y los organismos de salud pública se mantienen en alerta. Apodada “ojo de Navidad”, está infección la produce una toxina liberada por un pequeño escarabajo del género Orthoperus. Una vez instalada, la enfermedad se caracteriza por la secreción de colores brillantes en los ojos acompañada de un dolor insoportable.
Como la mayoría de los casos se han registrado en trabajadores agrícolas de zonas rurales, se sospecha que la enfermedad está relacionada con el campo. Y resulta probable que se produzca de un contacto directo con el insecto que transmite la enfermedad.
Ojo de Navidad: enfermedad tan dolorosa como un parto.
El insecto responsable mide apenas medio milímetro de longitud y es muy difícil detectarlo a simple vista. Al posarse cerca de los ojos, la incomodidad provoca que las personas se lleven las manos a la zona y terminen aplastándolo. Aunque el insecto muere, libera una toxina llamada pederina que, en contacto con el ojo, daña severamente la superficie del mismo.
Algunos expertos señalan que el dolor causado por esta infección es equiparable al de un parto. Por si fuera poco, las secreciones de colores vivos que salen de los ojos dan la impresión de que “cambiaron de color”. En ciertos casos, el ojo puede adquirir una tonalidad verdosa intensa, como sucedió con una joven que contrajo la enfermedad y se viralizó en redes sociales.
Afortunadamente, el gobierno asegura que la situación está en remisión. Sin embargo, advierten a las personas que laboran en zonas rurales de Australia que tomen conciencia de los riesgos de esta enfermedad. Además, los orientan para tomar medidas preventivas que eviten el contacto con la especie de escarabajo que provoca la infección.
Control y prevención.
Según los datos oficiales, se registraron alrededor de treinta casos desde finales de diciembre. Siendo la región de Albury-Wodonga la que concentra el mayor número de casos del “ojo de Navidad”. La enfermedad prevalece durante el verano australiano y, además del dolor extremo, provoca visión borrosa.
Cualquier oftalmólogo familiarizado con la condición puede diagnosticar fácilmente el “ojo de Navidad”. La mayoría de los pacientes refiere dolor extremo y visión borrosa. Pese a esto, el tratamiento a base de colirios, antiinflamatorios y antibióticos es altamente efectivo y no deja mayores secuelas.
En estos casos, es recomendable emplear una lente de contacto terapéutica para aislar el área afectada y evitar que el aire llegue al tejido dañado. Esto acelera la cicatrización de la superficie ocular.
Ante el poco conocimiento que se tiene sobre el insecto que causa la enfermedad, la única forma de protegerse es llevar gafas de protección cuando se esté al aire libre en zonas donde se detecte el animal. Hasta la fecha las infecciones por el escarabajo Orthoperus se han limitado a las regiones agrícolas, sin alcanzar centros urbanos. Esto resulta particularmente tranquilizante para los australianos que no viven en el campo.
Aunque, recomiendan prestar atención al contacto con esta especie de escarabajo. Pese a la popularidad de la enfermedad australiana de los ojos verdes en Internet, no existe riesgo alguno de una epidemia, especialmente con las medidas preventivas. Sin embargo, los científicos ya pusieron manos a la obra para estudiar este insecto y determinar su potencial de riesgo en el futuro.
Nota cortesia de Ecoloco Salvador
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