La Procesión del Silencio en San Luis Potosí es una celebración muy importante. Aquí te contamos cómo se lleva a cabo esta experiencia mística tan particular.
Más allá de lo católicos que hayamos nacido, participar de la Procesión del Silencio en San Luis Potosí es interesante por toda la organización civil que hay detrás y los elementos culturales que entran en juego, más allá del interés devocional que cualquier viajero también puede encontrar.
No es común que se reúnan más de dos mil personas en un recorrido por el centro histórico de San Luis Potosí (que en sí mismo resulta un deleite para el caminante).
Claro, la fe obra milagros, dirían algunos. Y así ha ocurrido durante más de 65 años, ya que todo el estado se organiza en 30 cofradías, que participan para realizar la procesión durante la noche del Viernes Santo.
Se trata de un vía crucis viviente en el que se representa la Pasión y Muerte de Cristo de una manera muy parecida a la Semana Mayor en Sevilla.
Los orígenes de la Procesión del Silencio
Su origen viene de Sevilla, España. Llegó a San Luis Potosí a través de los padres Carmelitas en 1954 quienes inculcaban a los toreros la devoción a la Virgen de la Soledad.
Al principio sólo se hacía un acto devocional en torno a la Virgen de la Soledad del Templo del Carmen, pero poco a poco se fueron sumando más fieles con un solo objetivo: acompañar a Cristo y a la Virgen María en su dolor y soledad.
En qué consiste la Procesión del Silencio
En punto de las 20 horas se abren las puertas del Templo del Carmen. Antes de comenzar se anuncia el pregón. El pregonero declama al paso de las imágenes, invitando a la reflexión y al arrepentimiento. En la ruta procesional se ubican puntos estratégicos para escuchar las saetas.
La saeta es un canto agudo y compungido que conmociona y pretende llegar a los corazones y contagiar el sentimiento de dolor propio de la noche.
Treinta cofradías son los grupos que integran la columna procesional y, durante su paso, trasmiten el sentido religioso más arraigado de la comunidad.
Cada una lleva una imagen con una Estación del vía crucis o un Misterio Doloroso del Rosario. Los cofrades visten los colores de su Parroquia. Todo tiene un significado. Los encapuchados portan este vestuario como símbolo de luto y humildad.
Hacia el nombramiento de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
La Asociación Civil que se ha formado para gestionar este evento de gran envergadura, está ya comenzando a armar el expediente para conseguir el nombramiento que otorga la Unesco en la categoría de Patrimonio Inmaterial a esta manifestación tan peculiar de la devoción y el misticismo.
Resulta una experiencia alejada de los reflectores y las fiestas del carnaval. Aquí se viene a ser testigo de un viaje interior, de un momento de sacralizado y de recogimiento.
La energía que se produce en los eventos que convocan a lo sagrado alimenta y nutre de muchas maneras a quien participa en ellas. No lo pienses más y súmate, aún como observador serás transformado.
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