Parece extraño, pero la multimillonaria industria avícola se creó por accidente hace casi un siglo. Un error en un envío de mercancía terminó aprovechándose de forma inimaginable. A comienzos del siglo XX, en Occidente el pollo no figuraba como una fuente de proteína popular. Por ejemplo, en Estados Unidos se consideraba un lujo que solía prepararse en caldo o estofado.
Para la mayoría de la gente, el pollo resultaba demasiado caro como para consumirlo con regularidad. Todo eso cambió en 1926, cuando una granjera solicitó 50 pollitos. El proveedor se equivocó y terminó enviándole 500 animales. En lugar de devolvernos, Cecile Steele decidió criarlos y venderlos.
La mujer dispuso de un granero del tamaño de un estudio que calentaba con una estufa de carbón. Además, solía hidratar a cada pollito con sus propias manos. En el transcurso de casi medio año, más de 100 pollitos terminaron muriendo, aunque Steele todavía obtuvo buenas ganancias con los sobrevivientes.
Por aquellas fechas no había mercado para la que hoy se conoce como “pollos criados en libertad” o “pollos de rancho”. Los consideraban animales muy pequeños y duros de criar como para destinarse al uso comercial.
El surgimiento accidental de la industria avícola.
El mérito de Cecile Steele fue desarrollar una técnica de crianza rápida, que producía aves más grandes y gordas, perfectas para los gustos de los estadounidenses. David Steele, su esposo, renunció a su puesto en la Guardia Costera para ayudar a su mujer a expandir el negocio. Y tres años después, la pareja ya criaba a más de 10 mil pollos.
Otros granjeros se interesaron por el éxito de los Steele y así nació la industria avícola. En la década de 1940, la moderna industria del pollo ya se había convertido en lo que conocemos hoy. Los granjeros replicaban las técnicas de crianza de Steele para tener una fuente constante, confiable y accesible de carne.
Según estimaciones del año 2022, la industria avícola tiene un valor estimado de US$ 417,000 millones. Actualmente, la carne de pollo es una de las más consumidas en todo el planeta. Difícilmente alguien creería que una industria tan gigantesca empezó con un simple error de envío. Una equivocación que la determinación e ingenio de una granjera transformaron en oportunidad.
Nota cortesia de la mama de Escoria24
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