En la década de 1950, Albert Einstein externó su opinión sobre los OVNIs en una carta. Esto después que un líder evangélico le preguntara qué opinaba sobre el fenómeno atestiguado en Washington la noche del 19 de julio de 1952. Aquella fecha, los radares detectaron algo sobrevolando la Casa Blanca y el Capitolio, un área sumamente restringida.
Años después, un controlador de tráfico aéreo mencionó que la señal de este objeto volador no identificado era tan fuerte como la de un avión comercial. Sin embargo, sus movimientos eran erráticos e increíblemente veloces. Estos objetos siguieron sobrevolando la zona hasta las primeras horas de la mañana siguiente.
En aquella ocasión, la Fuerza Aérea estadounidense desplegó dos aviones caza en una misión para detectar e identificar la anomalía. Sin embargo, los pilotos no encontraron nada. A la semana el incidente volvió a repetirse: radares detectando la presencia de extraños objetos surcando el cielo y aviones caza intentando localizarlos.
El evento acaparó los titulares de periódicos famosos como The Washington Post. Y es que, meses antes de estos avistamientos, la revista Life publicó una portada con el tema de los OVNIs y el pánico entre los estadounidenses estalló.
La opinión de Albert Einstein sobre los OVNIs.
Quizás inspirado por la cobertura mediática, un pastor evangélico llamado Louis A. Gardner escribió una carta a Albert Einstein. El religioso no tenía nada que ver con el gobierno, pero le resultó interesante conocer la opinión del afamado físico: ¿Einstein consideraba que los OVNIs eran extraterrestres? ¿O sería más probable que se tratara de experimentos militares ultra secretos, ya sea de los propios estadounidenses o de otras naciones?
Por esa época, Einstein era una de las mentes más brillantes del mundo. Ya se había hecho con el premio Nobel de física por el efecto fotoeléctrico y también publicado la teoría de la relatividad. Que un genio así de talentoso respondiera la correspondencia, era como recibir una carta del propio Santa Claus, al menos para un adulto.
Contra toda probabilidad, el físico se dio un tiempo para responder con tres simple líneas a Gardner. El 23 de julio de 1952, Einstein se limitó a responder: “Aquellas personas vieron algo. No sé qué sea y no siento curiosidad por saberlo”.
Aunque breve, la respuesta de Albert Einstein se convirtió en noticia en los Estados Unidos. Gardner ni siquiera se sintió afligido por el poco interés del físico, incluso posó sonriente para la foto mientras sostenía la carta en sus manos.
No existe forma de saber si los estadounidenses también fueron observados por globos de espionaje hace más de 70 años. La tecnología disponible en aquella época limitaba mucho la investigación, por lo que no pudieron cerrar el caso y mucho menos determinar de qué se trataba. Finalmente, los terminaron clasificando como eventos meteorológicos anómalos.
Por supuesto, esto no evitó que los estadounidenses empezaran a buscar objetos voladores en el cielo. En el mes posterior a estos acontecimientos, la Fuerza Aérea recibió más de quinientos reportes de avistamientos OVNI. Einstein estaba más concentrado en sus investigaciones y clases en Princeton.
Nota cortesia de Monita Maussan
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