Una lesión causada por un trozo de roca espacial es algo extremadamente raro de ver. Desde una perspectiva probabilística, resulta más probable que un tornado, un huracán y un rayo de golpe al mismo tiempo, así lo aseguró el astrónomo Michael Reynolds durante una entrevista con la National Geographic. En 2014, Stephen A. Nelson, profesor de ciencias de la tierra de la Universidad de Tulane, seatrevió a calcular las posibilidades de morir por el impacto de un meteorito local, cometa o asteroide: 1 en 1,600,000. Sin embargo, existen algunos individuos con tan mala suerte que terminan siendo elegidos por el universo para recibir sus potentes disparos.
El caso de José Martín en España.
Un hombre de nacionalidad española llamado José Luis Martín descubrió el día 21 de junio de 1994, mientras conducía un automóvil acompañado por su esposa, que aparentemente el universo tenía algo en su contra. Aquel día, su auto fue alcanzado por un fragmento de roca espacial de aproximadamente dos kilogramos de peso que viajaba a miles de kilómetros por hora poco antes de hacer añicos su parabrisas.
Afortunadamente para la pareja, el meteorito impactó contra el tablero y después rebotó al asiento trasero. Y más sorprendente aún que la única lesión fue un dedo roto de Martín. De acuerdo con un reporte previo, inicialmente las autoridades se negaban a creer que Martín había sido sacado de la carretera por un trozo de roca proveniente de los cielos, en lugar de algo más típico como un proyectil terrestre.
Pero, tras una investigación más profunda, se descubrió que tan sólo en esa área habían caído más de 200 kg de meteoritos, lo que aportaba evidencia a la veracidad del testimonio de Martín. Aparentemente, la roca que se impactó contra el automóvil de la pareja era un fragmento de un meteorito mucho más grande que se había seccionado en la atmósfera terrestre, fenómeno que no sucede muy a menudo.
El Chevy Malibu destruido por un meteorito en 1992.
Otro caso de ira universal contra un indefenso bólido fue protagonizado por unChevy Malibu modelo 1980 que pertenecía a una joven de 18 años llamadaMichelle Knapp. El 9 de octubre de 1992, a unos cuantos meses de que Knapp hubiera comprado el automóvil a su abuela por $400, la joven se encontraba viendo televisión en la residencia de sus padres en Peekskill, Nueva York, cuando escuchó en el exterior un sonido parecido al choque entre dos autos.
Rápidamente se dirigió a investigar el origen, y encontró que la parte posterior de su automóvil estaba completamente aplastada, con un enorme agujero que atravesaba la zona afectada. Directamente bajo esta zona del automóvil encontró un meteorito del tamaño de una bola de boliche.
Al principio, no se dio cuenta de lo que había pasado así que simplemente llamó a la policía, quienes determinaron se había tratado de un acto de vandalismo. Sin embargo, tras una investigación más rigurosa, se llegó a la conclusión de que el objeto que había impactado contra el automóvil era un meteorito que probablemente viajaba a 320 km/h.
Evidentemente, los oficiales que habían estado buscando al universo para arrestarlo por su deliberado acto de vandalismo no dijeron una sola palabra.
Aunque se vio bastante perturbada por el daño que había sufrido su automóvil, especialmente después que la aseguradora se negó a pagarle alegando que el daño había sido provocado por un acto de Dios, la situación se volvió a favor de Michelle Knapp. Su familia terminó vendiendo el meteorito por la friolera de US$ 69,000 y también se embolsaron un dinero extra por la venta del Malibu que les dejó otros US$ 10,000 de ganancia.
Este automóvil ocasionalmente es exhibido en algunos museos junto con fragmentos de meteorito que quedaron atrapados en él. De hecho, en 2012 se supo que la calavera trasera rota del Chevy Malibu había sido vendida por US$ 5,000.
Ann Hodges, la primera persona de la historia en ser herida por un meteorito.
Sin embargo, la persona más desafortunada en experimentar el despiadado ataque del señor universo fue Ann Hodges. Aunque probablemente sucedió varias veces antes en la vasta historia de la humanidad, es la primera persona registrada en la historia impactada de forma directa por un meteorito.
El desafortunado encuentro se suscitó en el año de 1954 en Sylacauga, Alabama, cuando Hodges tenía 31 años de edad y disfrutaba de una siesta en la sala de su casa. El fragmento de meteorito que alcanzó a Hodges pesaba alrededor de 4 kilogramos y primero impactó contra el techo de su vivienda, atravesando con suma facilidad el recubrimiento y las tablas de madera. En el camino se encontró (y partió) con una viga de madera de 3/4 de pulgada en el techo de la sala.
No conforme con su pequeño alboroto, alcanzó un equipo de radio y rebotó hasta donde se encontraba dormida Hodges, golpeándole la cadera y el brazo. Por fortuna, la mujer estaba cubierta con dos edredones y esto terminaría amortiguando el impacto.
Cuando Hodges escuchó el golpe, no se dio cuenta de lo que sucedía y se levantó creyendo que se trataba de una explosión en la casa. Sin embargo, tras observar la roca y sentir el dolor en la cadera y el brazo, llamó a la policía y la llevaron al hospital.
Al principio, los oficiales creyeron que la roca no era más que un trozo de piedra caliza que es bastante común en la zona. Eventualmente, un geólogo determinó que se parecía más a un proyectil espacial, sospecha que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos confirmó tras confiscar el meteorito para hacer pruebas.
Mientras el esposo de Ann Hodges pretendía vender el meteorito y el casero afirmaba que le pertenecía pues lo ayudaría a cubrir los daños en la residencia, tras una larga discusión sobre la propiedad de aquel fragmento de ira espacial,Ann Hodges decidió donarlo al Museo de Historia Natural de Alabama.