El asunto ya era bastante alucinante antes que involucraran la marihuana: William Gadoury, el adolescente canadiense de 15 años, llevó al mundo entero al delirio cuando, según la versión del periódico canadiense Le Journal de Montréal, afirmó haber descubierto una ciudad maya secreta, así como una supuesta relación entre la localización de todas las ciudades mayas con las estrellas, hecho que habría sido ignorado por especialistas durante décadas.
Las ideas de William se abrieron paso hasta la Agencia Espacial Canadiense que, con la colaboración de la NASA,confirmó la teoría al apuntar el satélite RADARSAT-2 a la zona en cuestión. A partir de aquí, no pasó mucho tiempo antes que la historia se hiciera viral.
Sin embargo, prácticamente todos los arqueólogos tomaron una posición contra este supuesto descubrimiento, argumentando que, para confirmarlo, debería realizarse una extensa investigación de campo. Para prácticamente la totalidad de los especialistas, una cosa era verdad: la “ciudad maya” encontrada por el muchacho a través de Google Earth no pasaba de una simple plantación de algún tipo – probablemente maíz, alimento bastante consumido por estas regiones.
Entre tanto arqueólogo ninguno había salido a decir “yo estuve allí”, pero apareció uno que lo hizo y le cortó todas las aspiraciones a William: Geoffrey E. Braswell, antropólogo de la Universidad de California. Braswell afirmó que visitó, acompañado de sus alumnos, el lugar señalado por el adolescente, y que vio con sus propios ojos que la “pirámide” no es más que un claro lleno de hierbas. No hay ningún tipo de construcción en el área. Es más, según Braswell, la vegetación que allí crece no es maíz, sino un plantío de marihuana. Quizá eso explique la ubicación relativamente remota de este campo.
Braswell y sus alumnos habrían asistido en diversas ocasiones al mismo lugar pues, cerca de allí, hay un sitio arqueológico más reciente, del periodo de la colonia. Y no solo Braswell, también estudiantes de la Universidad de Bonn, en Alemania, y del Instituto Nacional de Antropología e Historia, de México, han venido explorando el área desde hace años. De hecho, parece que el sitio es bien conocido por la arqueología desde la década de 1930, cuando se tomaron las primeras fotos aéreas de la “pirámide maya”.
Ahora, no nos queda más que esperar los próximos episodios de esta loca historia (solo falta que Jaime Maussan salga a decir que el campo es un mensaje hecho por extraterrestres).