En una aterradora serie de eventos, algunos operadores de taxi en Japón afirman que realizaron corridas para “pasajeros fantasmas” en las regiones devastadas por el tsunami en marzo de 2011. Siete de cada cien conductores entrevistados por Yuka Kudo, una estudiante de sociología en la Universidad de Tohoku, afirmaron haber encontrado pasajeros del más allá.
Yuka hizo las entrevistas como parte de su tesis de graduación, viajando hasta la ciudad costera de Ishinomaki todas las semanas durante un año para charlar con los taxistas. La mujer le hizo a más de 100 conductores la misma pregunta: “¿Has tenido alguna experiencia fuera de lo normal después del desastre?”.
Muchos la ignoraron, algunos incluso se mostraron irritados, pero siete conductores convergieron al describir sus extraños encuentros. Uno de ellos relató una historia particularmente inquietante cuando, en el verano de 2011, una mujer con un vestido blanco entró en su taxi cerca de la estación de Ishinomaki y le dijo:
“Por favor, lléveme a la estación Maihama”. Cuando el operador le dijo que en ese distrito no había quedado nada de pie, ella le respondió con voz temblorosa:
“¿Acaso estoy muerta?” El taxista se asustó e inmediatamente volteó al asiento trasero para descubrir que estaba completamente vacío.
Otro conductor recordó la forma en que un joven que aparentaba unos 20 años entró a su taxi. Cuando el taxista vio por el espejo retrovisor para saber el destino, el joven no hacía más que apuntar al frente con una mirada perdida. El taxista se animó a preguntar la dirección, a lo que el joven respondió:
“Hiyoriyama”. Cuando el taxi llegó a esa zona, el joven había desaparecido del taxi y el conductor no pudo explicarse cómo.
Resulta fácil descartar estas historias como alucinaciones o imaginación desmedida, pero existe un testigo: los registros de los taxistas son la prueba de que realmente pudo haber ocurrido algo extraño. Cuando estos “fantasmas” entraron al automóvil, los taxímetros fueron encendidos, y el medidor registró tanto la distancia como la corrida. Así, aunque esos pasajeros hayan desaparecido durante el trayecto, sus registros permanecieron en el taxímetro. Los operadores tuvieron que pagar estas tarifas con su propio dinero a la empresa de taxis. Algunos de los taxistas anotaron su experiencia en sus bitácoras.
Todos estos pasajeros fantasmas fueron descritos como jóvenes, lo que lleva a Yuka a creer que quizá fueronvíctimas del tsunami de 2011.
“Los jóvenes se sienten fuertemente decepcionados (con su muerte) cuando no pueden encontrar a las personas que aman”, dice. “Como quieren transmitir su frustración, pudieron haber elegido a los taxistas, que son conocidos por ser buenos confidentes”.
Curiosamente, ninguno de los taxistas dijo sentir miedo, en lugar de eso guardan el recuerdo de sus pasajeros especiales con reverencia. Como ellos mismos perdieron seres querido en el desastre, toman estos encuentros como una experiencia espiritual, hecha para ser recordada y respetada para siempre.
“No es extraño ver fantasmas aquí”, dijo un taxista. “Si llego a encontrarme un fantasma otra vez, lo aceptaré como mi pasajero”.
Según consta en los registros oficiales, más de 15 mil personas perecieron a consecuencia del terremoto de magnitud 9, que se extendió durante seis minutos y desencadenó un tsunami de 40 metros de altura, que avanzó 10 km tierra adentro. Durante los días posteriores al gran siniestro, muchas personas relataron haber visto “fantasmas” y “figuras espectrales” vagando por las áreas devastadas de barrios residenciales. Los habitantes aseguran que eran almas que ignoraban el hecho de que ya habían muerto.