Aunque la situación económica a últimas fechas no esté del todo bien, es prácticamente inviable no salir a comer fuera de vez en cuando. Ya sea que vayamos a una reunión con los amigos o familiares, o simplemente para escapar de la rutina, todos disfrutamos variar el menú en algunas ocasiones.
Pero, ¿sabías qué te puedes enfermar simplemente por entrar en contacto con algunas cosas que existen en los restaurantes o cafeterías? Las bacterias y los gérmenes proliferan por todos lados en ambientes como estos, principalmente por el hecho de que casi nunca se dan el tiempo suficiente para limpiar de forma adecuada los utensilios cada vez que un cliente termina su comida.
A continuación repasamos una serie de cosas que deberías evitar tocar en este tipo de establecimientos. Y, en caso de que no sea posible, reducir al mínimo el contacto así como llevar siempre productos para higienizar las manos cuando se come fuera de casa.
Las mesas.
Empecemos con algo sumamente complicado y es que, ¿cómo podríamos comer en un restaurante sin tocar la mesa? Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Arizona, en los Estados Unidos, encontró que las mesas de establecimientos a donde las personas asisten para alimentarse presentan un número considerable de bacterias E. coli y otros géneros coliformes. Los niños, ancianos y las personas con el sistema inmunológico débil resultan especialmente susceptibles a las infecciones por causa de estos microorganismos.
De hecho, el problema no es la mesa en sí, sino el trozo de tela que el empleado del lugar usa para “limpiar” la mesa. Generalmente, esta misma franela es utilizada para barrer los restos de comida y bebida de la superficie de otras mesas, pero raramente la lavan y suelen guardarla en el bolso. Las mesas que parecen tener una superficie “grasosa” generalmente presentan este problema debido a estas franelas.
Y es que esos restos de comida en la franela son aprovechados como alimento por las bacterias, que encuentran en este tejido un lugar ideal para proliferar durante todo el día. Cada vez que una franela es sacada de un bolso y utilizada para limpiar una mesa, las bacterias son esparcidas sobre esta superficie.
Evidentemente, los restaurantes que utilizan toallas de tela y las sustituyen entre cliente y cliente o que colocan láminas de papel a cada persona nueva que se sienta a comer, poseen incidencias mucho menores de proliferación de bacterias. Aun así, si te parece necesario, solicita que limpien tu mesa con toallas de papel desechables y no con una franela.
El menú.
Es realmente complicado no tocar el menú, de otra forma, ¿cómo sabríamos cuáles son las opciones disponibles sin echarle un vistazo? Y es que este artículo padece el mismo problema de las mesas.
Los restaurantes no suelen sustituir los menús con frecuencia, debido al costo que eso implica, por lo que son manipulados por infinidad de personas – que pueden estar enfermas o con las manos sucias – y generalmente los limpian con esa misma franela que contamina la mesa con gérmenes, bacterias, etc.
Un estudio de 2013 encontró que bacterias de E. coli pueden sobrevivir sobre la superficie plástica de un menú hasta por 24 horas, mientras que la salmonela extiende este periodo a 72 horas. La recomendación en este caso es similar: si el menú parece estar cubierto de grasa, probablemente contenga alguna bacteria.
Por eso, en cuanto termines de hacer el pedido, solicita al mesero que retire los menús de la mesa y aprovecha para lavarte las manos antes de comer.
El hielo de la bebida.
Durante el verano es prácticamente obligatorio consumir bebidas frías cuando se sale a comer, pero desafortunadamente los restaurantes no acostumbran a limpiar la máquina de hielo con tanta frecuencia como deberían.
Evidentemente, esto también significa que es un buen lugar para la proliferación de bacterias, que finalmente pueden terminar alojadas en tu organismo debido al hielo en tu refresco o bebida. Por eso, procura pedir tu bebida sin hielo, en caso de que la temperatura sea lo suficientemente buena como para que la consumas así.
Rodajes de limón, lima o naranja.
Por lo general, el equipo de cocina de un restaurante intenta dejar listo el mayor número de cosas posibles incluso antes de que el establecimiento inicie su horario de operación. Esto hace que pierdan menos tiempo en actividades sencillas, pero que interrumpen el ritmo de preparación de los alimentos o bebidas.
Por eso, es normal que estas frutas cítricas sean cortadas al comienzo de la preparación, para que nadie tenga que dejar lo que está haciendo para cortarlas mientras hay platillos o bebidas por servir.
Sin embargo, esta exposición prolongada al ambiente puede terminar provocando que las bacterias en la tabla de cortar o incluso en el aire se depositen en la cascara o en la pulpa de las frutas. Si es inevitable que pidas limón o alguna otra fruta, por lo menos asegúrate de que la fruta sea cortada en ese instante y, de preferencia, frente a ti.
Recipientes de especias y condimentos.
Los saleros, pimenteros y las botellas de cátsup o de otras salsas generalmente son limpiadas solo cuando alguien derrama algo sobre ellas o cuando son rellenadas. E incluso así, raramente estos artículos son lavados, siendo muy común que simplemente los limpien con servilletas o con la recurrente y temible “franela” del mesero.
Si tienes la intención de tomar algo de uno de estos recipientes, procura cubrir el frasco con una servilleta limpia en lugar de entrar en contacto directo, o aplica un poco de desinfectante para manos en las partes que debes tocar, en caso de que lleves la sustancia contigo.
La bandeja.
Dado que las personas suelen derramar comida fuera del plato con frecuencia, las bandejas de los restaurantes de autoservicio son limpiadas con una frecuencia un poco mayor que la mayoría de los artículos que vemos aquí. Sin embargo, es muy común que esas bandejas que aparentemente no están sucias vuelvan a la pila de los artículos limpios, economizando así el costo de lavarlas.
Evidentemente, que un objeto parezca limpio no quiere decir que lo esté, y no hay forma de saber si la última persona que tocó esa bandeja tenía algún problema de salud o alguna otra condición que podría ser transmisible mediante el contacto con un artículo que no fue lavado de forma adecuada.
Siempre que tengas que manipular una bandeja, procura lavarte las manos antes de comer y evita tocarla hasta que termines de hacerlo, así disminuyes las probabilidades de contaminación.
El buffet.
En un buffet es imposible saber si la comida está siendo mantenida a su temperatura ideal, además de que toda la comida está expuesta durante un largo tiempo a un ambiente con una gran circulación de personas, condiciones ideales para la propagación de las bacterias.
Y lo mismo sucede cuando alguien se vuelve a servir. Muchas veces, cuando una persona hace una reposición raspa los restos de la porción anterior en su plato y los mezcla con la nueva para evitar desperdicios, aunque posiblemente contamine todo con esta acción.
Para comer en un establecimiento de este tipo, debes saber el horario en que generalmente sirven la primera tanda de comida, pues las probabilidades de que existan bacterias en una porción que acaba de servirse y que no ha sido mezclada son menores.
Y para finalizar, si eres de los que aman comer en la calle y nunca se enferman, puedes tomar estos consejos como una simple anécdota, pues tu nivel de resistencia a las bacterias debe ser legendario. Esto es para personas con un sistema inmunológico de menor categoría. Con información de Tumblr/Sarah Chang