Un residente de Nueva Jersey, en Estados Unidos, visita casi todos los días una tumba para orinar sobre ella. En ese lugar descansa su exesposa, la mujer de la que se divorció desde hace casi cinco décadas y por la que todavía guarda un profundo rencor. Se supo del extraño caso gracias a Michael Murphy, un hombre de 43 años que instaló cámaras ocultas para atrapar al responsable.
El odio contra la exesposa muerta.
Y es que cada vez que Murphy visitaba la tumba de su madre en el cementerio de la Tappan Reformed Church en Orangetown, Nueva York, se llevaba una desagradable sorpresa. Además de la orina, una persona dejaba bolsas plásticas llenas de heces en el sitio. Gracias a los dispositivos instalados en las inmediaciones de la tumba, se supo que el responsable era un anciano que acudía casi diario alrededor de las 6:00 a.m.
Las imágenes mostraban al hombre orinando casualmente sobre la lápida de la mujer. Eventualmente, lo identificaron como su ex esposo, el hombre del que la muerta se había divorciado hacía 48 años y con quién no tenía contacto desde la década de 1970. “Esto me partió el corazón”, escribió Michael Murphy en una publicación de Facebook.
“Un sujeto del condado de Bergen, Nueva Jersey, ha estado llevando bolsas de excremento y orinando sobre la tumba de mi madre casi todas las mañanas como parte de su rutina diaria. Y su esposa lo ayuda. Contamos con semanas y meses de imágenes que lo prueban. Se denunció ante la policía y notificó a los medios de comunicación. Ningún miembro de mi familia ha tenido contacto con él desde 1976”.
Rencor insidioso.
Linda Louise Torello, la finada madre de Michael, tuvo un matrimonio relativamente corto con el hombre que aparece en las imágenes. Sin embargo, en el momento que quedó embarazada tuvieron una discusión pues el hombre no quería hacerse responsable del hijo. Eventualmente se separaron y aparentemente el rencor no ha hecho más que crecer en las últimas cinco décadas.
“Desconocemos cómo encontró la tumba de mi madre. Sin embargo, esto tiene que ver con un problema que empezó hace casi 50 años. Oren por en nuestra familia, y gracias por compartir esto”, escribió Murphy en su cuenta de Facebook.
En compañía de su hermana, Michael solicitó un permiso especial a la administración del cementerio para instalar cámaras ocultas. Deseaba atrapar al culpable tras descubrir rastros de orina y bolsas de excremento sobre la tumba de su madre casi a diario. Gracias a estas imágenes se supo que el perpetrador casi siempre iba acompañado de su actual esposa, lo que hace de este ataque algo todavía más insidioso.
La policía concluyó que no podía emplear ninguna medida disciplinaria contra el hombre que orina casi a diario sobre la tumba de una mujer muerta. Por eso, Michael Murphy mencionó a la prensa que ahora considera la posibilidad de denunciar al sujeto por profanar un cementerio.
Nota cortesia de Don Franky calcetines rotos aka Escoria24
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