Al norte del Canal de Panamá se ubica un peculiar valle donde crecen árboles cuadrados. Una atracción turística única en el mundo donde una especie de árboles, familia de los álamos, presentan troncos con esquinas. Este peculiar grupo de plantas se ubica en El Valle de Antón, una extensa superficie situada sobre el cráter un enorme volcán.
Los inusuales ángulos rectos en los troncos de estos árboles vienen intrigando a los científicos y maravillando a los turistas. Supuestamente, un grupo de investigadores de la Universidad de Florida tomó árboles jóvenes para trasplantarlos en otro lugar. Concluyeron que algo en El Valle de Antón influencia la forma cuadrada del tronco, pues los árboles trasplantados no presentaban las mismas características. No hay articulo científico alguno que corrobore estas afirmaciones.
El extraño fenómeno de los árboles cuadrados está tan arraigado a este lugar, que incluso los “anillos” en los troncos presentan ángulos rectos.
El Valle de los Árboles Cuadrados.
El Valle de los Árboles Cuadrados es una de las atracciones turísticas más polémicas de Panamá. Y es que para muchos se trata de un fraude. En primer lugar, las personas consideran que los troncos de estos árboles no son tan cuadrados como imaginaban. Y en aquellos que presentan los ángulos más rectos, no encuentran nada especial.
Esta zona se ubica en el segundo volcán inactivo más grande del planeta. Y la mayoría de “árboles cuadrados” que crecen en El Valle de Antón, una zona habitada, son Quararibea asterolepis, una especie nativa de Centroamérica y Sudamérica famosa por la inusual forma de su tronco. En lugar de la forma circular a la que estamos acostumbrados, este árbol tiene esquinas redondeadas.
Para fines turísticos, el mito de los árboles cuadrados que crecen en este cráter volcánico es de mucha utilidad. Sin embargo, muchos están convencidos de que la inusual forma cuadrada de algunos árboles es completamente natural, tomando en cuenta su especie.
Turismo en El Valle de Antón, en Panamá.
“Los árboles cuadrados se encuentran, principalmente, en la imaginación de las personas. Pues se hacen redondos conforme van creciendo. Afortunadamente, un letrero nos ayudó a identificar uno, pues de otra manera jamás lo hubiéramos visto”, señaló un visitante.
“Estuve aquí hace unos 60 años y había más árboles cuadrados, pero aun así valió la pena la visita. Encontramos algunos árboles jóvenes por el sendero, y dos de cada tres con letreros”, agregó otro turista. “Presentan esquinas redondeadas, pero al final no dejan de ser árboles. Uno era espectacular, con los cuatro lados casi del mismo tamaño, aproximadamente unas 12 pulgadas”.
Puede que el Valle de los Árboles Cuadrados tenga algo mágico, o simplemente sea una estrategia para atraer turismo. Sin embargo, El Valle de Antón no deja de ser uno de los sitios más intrigantes de la Tierra.
Nota Cortesia de Don Ramon
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