¿Recuerdas que hasta hace una década se mostraba preocupación por la sobrepoblación del planeta en el futuro? Hoy, los índices mundiales de fertilidad sufren cambios gigantescos y la humanidad pasa por una desaceleración en la natalidad sin precedentes. Los expertos ya pronostican un “enorme cambio social” si la tendencia se mantiene. Y esto afectará directamente a las políticas de salud reproductiva.
El descenso en los índices de fertilidad.
El índice de fertilidad es el término para referir al número promedio de hijos que concibe una mujer. Los análisis estadísticos proyectan que cuando ese índice baja de 2.1, se produce una disminución en la población. Un equipo de investigadores del Institute for Health Metrics and Evaluation, de la Universidad de Washington, señala que esa cifra rondaba los 2.4 hijos en 2017.
La cifra de hace tres años es casi la mitad de lo que se observaba en 1959: 4.7 niños. Y la preocupación es que la tendencia se mantenga y para el año 2100 el índice de fertilidad se reduzca hasta los 1.7 hijos. La investigación, publicada en la revista Lancet, prevé que hasta 2064 la población humana aumentará hasta los 9,700 millones. Sin embargo, para 2100 sufrirá una caída estrepitosa a 8,800 millones.
La teoría es que los esfuerzos en educación sexual y la disponibilidad de métodos anticonceptivos han contribuido a establecer esa dinámica poblacional.
Tendencias alrededor del mundo.
En el artículo pronostican que India superará a China como el país más poblado del planeta. Las estimaciones sugieren que los chinos llegaran a un máximo de 1,400 millones de habitantes. Pero, para 2100 la población de China se habrá reducido a la mitad. Según las cifras de 2017, Japón posee 128 millones de habitantes, que para finales del siglo quedarán reducidos a 53 millones.
En ese mismo periodo, los italianos pasarán de 61 millones de habitantes a 29 millones. En 2063, el Reino Unido alcanzará un pico máximo de 75 millones de habitantes y caerá a 71 millones para 2100. Christopher Murray, uno de los autores del estudio, advierte que un cambió así de drástico implica una transformación sin precedentes para la sociedad humana.
Que países masivos como China e India reduzcan tanto la tasa de fertilidad en tan poco tiempo implica enormes consecuencias ambientales, sociales, geopolíticas y económicas. Esos países tendrían que adaptar sus políticas a una nueva realidad dominada por un bajo índice de fecundidad. Además, estarían obligados a impulsar y mejorar la salud reproductiva de las mujeres. Otro aspecto inquietante de este fenómeno es que, si bien nacerán menos niños, tendremos adultos con vidas más largas.
Los niños menores de 5 años pasarán de 681 millones en 2017 a 401 millones en 2100. Por otro lado, la cantidad de personas con 80 años pasará de 141 millones a 866 millones en el mismo periodo. Si la configuración actual se mantiene, estaremos frente a un problema donde menos personas contribuirán a la economía. Al mismo tiempo que se requiera un mayor gasto para cuidar a los ancianos.
El impacto que puede tener esta tendencia es enorme y la gente aún no está consciente de ello. “Si no encontramos una solución, eventualmente la especie desaparecerá, aunque todavía faltan algunos siglos para que eso suceda”, sentencia Murray.
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