Esta segunda semana de febrero comienza la cuaresma con el tradicional miércoles de ceniza en el que como algunos libros del Antiguo Testamento mencionan se impone la ceniza como penitencia y signo de humillación, arrepentimiento y penitencia.
Según el jefe de Radio y Televisión de la Arquidiócesis de México, José de Jesús Aguilar, las personas colocaban su rostro cerca de la tierra, se ponían ceniza en la cabeza y utilizaban una vestimenta burda, con lo cual se inicia la Cuaresma, que son 40 días de preparación para la fiesta de la resurrección de Cristo.
Las iglesias regularmente permanecen abiertas todo el día y hay misas regularmente cada hora en todo el país, para que los sacerdotes impongan la ceniza que se prepara con las palmas benditas del año anterior, así como estampitas de imágenes deterioradas que se queman.
En las mañanas, la afluencia principal para tomar la ceniza, desde las iglesias de las colonias hasta la Catedral Matropolitana, y la Basílica de Guadalupe, es principalmente de adultos mayores y enfermos, así como amas de casa y niños pequeños.
Con la imposición de la cruz de ceniza este día inicia la Cuaresma, periodo donde el cristiano debe librar un combate espiritual como el que libró Cristo en el desierto de Judá, por 40 días, en los que fue tentado por el diablo, y la Cuaresma es un combate sin pausa, donde las armas son la oración, el ayuno, la penitencia.
Regularmente los oficinistas y trabajadores que son católicos utilizan su tiempo de comida para acudir a las iglesias a que les impongan la ceniza y cumplir así con lo que manda la tradición.
"Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. "
Genesis 3:19