Un total de 99 personas murieron víctimas de una secta religiosa que predica el ayuno hasta la muerte. El trágico episodio sucedió en Kenia, un país africano donde el fervor religioso alcanza niveles inimaginables. Según información divulgada por medios locales, los líderes de la secta incitaban a sus seguidores a ayunar hasta por 40 días. Se privaban tanto de agua como de comida con el objetivo de alcanzar una supuesta “cura divina”.
En promedio, el cuerpo humano solo soporta tres días sin agua antes de colapsar. Aunque tratándose de comida, se puede sobrevivir durante varias semanas. Ahí radica la locura de la práctica promovida por esta secta, pues un ayuno prolongado puede generar daños irreversibles en múltiples órganos internos. Eventualmente, el cuerpo colapsa debido al síndrome de disfunción multiorgánica y el único destino es la muerte.Lo más lamentable es que esta tragedia pudo prevenirse. Pues diversas personas alertaron a las autoridades sobre las peligrosas prácticas de la secta. Y solo actuaron cuando los fallecidos empezaron a contarse por decenas. Actualmente, la policía realiza múltiples investigaciones para dar con los culpables.
Ayunan hasta la muerte.
Aunque se sabe muy poco sobre esta secta denominada Good News International Church, todo apunta a que un hombre llamado Paul Mackenzie Nthenge planeó el ayuno hasta la muerte. Derivado de las primeras denuncias que recibieron las autoridades, se supo que los seguidores de la secta estaban muriendo de hambre. Y que los perpetradores se deshacían de los cadáveres sepultándolos en secreto en tumbas poco profundas al interior del bosque de Shakahola.
Al acudir al lugar y corroborar la desaparición de decenas de personas, la policía aprehendió a Paul Mackenzie Nthenge. También se maneja la versión de que el drástico ritual estuvo motivado por la creencia de que los miembros del culto entrarían al reino de Dios si se privaban de los alimentos.
Las primeras denuncias contra Paul Mackenzie Nthenge.
Desde finales de marzo, las autoridades recibieron los primeros reportes sobre las acciones del pastor. Unos padres de familia que pertenecían al grupo religioso denunciaron la muerte de dos de sus hijos. En esa ocasión, Mackenzie fue detenido, pero al poco tiempo recuperó su libertad tras pagar una fianza. Durante el tiempo que estuvo en custodia, el pastor se negó a alimentarse.
En los últimos días, las autoridades de Kenia reportaron el rescate de 15 sobrevivientes de la Good News International Church, todos con indicios de una severa desnutrición. Pese a la intervención del gobierno, cuatro de las personas rescatadas mantuvieron el ayuno hasta la muerte.
Masacre en el bosque de Shakahola.
Kithure Kindiki, ministro del interior de Kenia, señaló que desplegaron a una vasta cantidad de oficiales para asegurar la escena del crimen. Hablamos de una superficie de casi 400 hectáreas repleta de vegetación. Hasta la publicación de este artículo el gobierno reportaba el hallazgo de 99 cadáveres mientras una decena de personas seguía desaparecida. Dada la gravedad del tema, es muy posible que la cifra oficial de víctimas supere las cien en los próximos días.
Y no solo por el hallazgo de más tumbas clandestinas, también por la convicción que mantienen varios fieles para continuar con el régimen de inanición. Kindiki hizo énfasis en la necesidad de una mayor regulación en torno a la libertad de religión. De hecho, la autoridad llegó a referir este trágico episodio en la historia de Kenia como la “masacre en el bosque de Shakahola”.
El funcionario dijo respetar las creencias religiosas del grupo. Sin embargo, cree que las acciones de Paul Mackenzie Nthenge van más allá de un simple culto o manifestación. Considerándolo un crimen. También señaló que, además de reforzar las leyes religiosas de Kenia, el líder de esta secta debe recibir un castigo ejemplar. En ese país no existen regulaciones específicas para la actividad al interior de las mezquitas, templos o iglesias. Sin embargo, se sospecha que esto podría cambiar en breve tras esta tragedia.
Nota cortesia de la fanatica religiosa
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