En el imaginario popular, los vikingos eran guerreros feroces, de cabellos rubios y ojos azules que navegaban saqueando poblaciones costeras. Es un mito muy bien arraigado y alimentado por la cultura popular en los últimos años. Sin embargo, la evidencia genética apunta a que estos guerreros eran muy diferentes a cómo los imaginamos.
En una colaboración internacional, un equipo de científicos analizó la ascendencia genética de los vikingos. Y las conclusiones sobre su diversidad genética son sorprendentes. Eske Willerslev, un genetista evolutivo de la Universidad de Cambridge, señala que todo empezó cuando lograron secuenciar el primer genoma humano antiguo.
Analizando el ADN de los vikingos.
Durante más de cinco años, los investigadores se dedicaron a analizar restos humanos localizados en más de 80 sitios arqueológicos. Y algunos de esos restos se localizaron en sepulturas vikingas. En total, el equipo internacional secuenció el genoma de 442 hombres, mujeres, niños y bebés de la época de los vikingos. Buscaban utilizar este ADN antiguo para ilustrar el pasado de estos pueblos.
Martin Sikora, genetista evolutivo de la Universidad de Copenhague, encontró que las piezas dentales y el hueso petroso eran las que mejor preservaban el ADN entre todos los restos mortales. El hueso petroso o peñasco forma parte de los huesos de las orejas y resulta particularmente resistente.
Con esta muestra genética disponible, los investigadores compararon las secuencias de ADN con más de mil individuos de la antigüedad y alrededor de 4 mil humanos modernos. A lo largo de la historia, este es el mayor análisis genético que se ha hecho de los vikingos. Y demostró que los genes provenían del sur de Europa y Asia.
Diversidad entre los vikingos.
“Típicamente, el vikingo es descrito como un escandinavo de gran porte, fuerte y rubio. De hecho, en la Escandinavia de la era de los vikingos ser rubio era mucho menos común que en la actualidad”, explica Willerslev. “El periodo vikingo se caracterizó por el enorme interés que desarrollaron los vikingos escandinavos hacia el resto del mundo. Aunque se trataba de un interés limitado a lo que realmente sucedía en Escandinavia”.
Al considerar las rutas comerciales de los vikingos, que iban desde Canadá hasta Afganistán, es lógico suponer que presentaban una mayor diversidad de lo que se creía. El mestizaje con los pueblos del sur y del este diversificó su composición genética. Y gracias a esto se generó una variedad de apariencias físicas.
“Es difícil afirmar con certeza si existía un grupo genéticamente homogéneo que era particularmente escandinavo y similar en todas las regiones”, dice Sikora. “La evidencia apunta a que, en realidad, existía mucha diversidad”.
El estudio también sirvió para constatar que existieron múltiples grupos de vikingos diseminados por varias regiones del mundo. “Los daneses se dirigieron principalmente a Inglaterra, los noruegos viajaron a Islandia, Irlanda y Groenlandia. Mientras que los suecos se instalaron en el mar Báltico”, dice Willerslev.
Identidad vikinga.
Además, se encontró que la identidad vikinga no tenía nada que ver con una identidad genética o étnica. Dependía casi exclusivamente de la identidad social. “El fenómeno vikingo no se limitaba a lo escandinavo, en el sentido de que la etnia no determinaba si alguien era vikingo o no. Era más un estilo de vida”, señala el genetista que lideró el proyecto. De hecho, los investigadores también señalaron que no encontraron en los vikingos un “gen escandinavo”.
Esta investigación viene a cambiar la historia definitivamente y a reformular la identidad de algunas personas que habitan ciertas regiones en Europa. Willerslev dice que está conclusión tiene un lado positivo, pues ahora el debate político sobre la identidad tendrá base en la ciencia real.
Nota cortesia de Doña Naturella
No hay comentarios:
Publicar un comentario