En Moscú, Rusia, una estética trabajaba con estilistas femeninas
que se desnudaban mientras cortaban el cabello, por tan sólo 50 euros,
lo equivalente a 869 pesos.
El establecimiento era tan
popular, que todos los días había
una fila enorme en la calle para poder entrar, lo que ocasionó que
muchos clientes en estado de ebriedad confundieran la puerta de la estética con
la de un centro para niños autistas, presentándose varias veces con la
intención de encontrar a mujeres sin ropa.
Ante la situación, la directora
de la escuela, Ludmila Mihailova,
llamó a las autoridades con el fin de que pararan la situación, pues era imposible dejar a los niños en el patio durante
el recreo pues había muchos
hombres borrachos alrededor tratando de entrar en el edificio.
Cuando un policía encubierto
llegó al lugar, se sorprendió cuando le ofrecieron un paquete opcional: la estilista se desnudaría durante el corte
de pelo por 100 libras más. De hecho, un cliente declaró la descripción
perfecta del salón:
"Una vez que entras te recibe una chica con pechos grandes que
te ofrece una taza de café y coquetea contigo. Las luces se encienden y luego
comienzan a hablar de cuáles son los servicios que pueden ofrecer".
Por supuesto, tras la inspección
del policía la estética fue clausurada.