En Suiza, los hospitales continúan usando «El Secreto», una oración medieval para contener el sangrado de los pacientes. Aunque disponen de tecnología avanzada, anticoagulantes y “curitas”, la práctica sigue vigente en cirugías cardíacas. Un equipo de investigadores analizó el uso de esta oración pagana de la Edad Media y los hallazgos son por demás interesantes.
Buscaban determinar si realmente producía un beneficio o ayudaba a coagular la sangre durante una operación. Y registraron los hallazgos en un artículo publicado el pasado 20 de diciembre en la revista Open Heart. A grandes rasgos, el estudio con 200 pacientes sometidos a intervenciones cardíacas concluyó que la creencia produce un efecto placebo, reduce el estrés y promueve un condicionamiento neuropsicológico.
En otras palabras, la oración no produce un efecto “mágico” que coagula la sangre de los pacientes. Aunque, la tradición puede ayudar a liberar el estrés que se produce tras los procedimientos coronarios invasivos. Técnicas empleadas en el diagnóstico o tratamiento de padecimientos cardíacos.
El Secreto: la oración para contener el sangrado.
En la Suiza del medioevo, “El Secreto” se rezaba principalmente entre los habitantes de habla francesa para detener el sangrado en los procedimientos. El texto de la oración apela a “fuerzas superiores” para ayudar a curar al paciente. Además, el “Recitador del Secreto” a cargo de la práctica puede intervenir de forma local o remota.
Entre enero y julio de 2022, los científicos cotejaron los resultados del sangrado en 200 voluntarios adultos sometidos a dos tipos de procedimientos cardíacos: angiografía coronaria (una especie de “radiografía” a los vasos sanguíneos del corazón) y Angioplastia Coronaria Transluminal Percutánea o ACTP, procedimiento empleado para desbloquear las arterias coronarias y restaurar el flujo sanguíneo.
Resultados del estudio
El 76% de los voluntarios consideraba que “El Secreto” tendría un efecto positivo. A la mitad de estos individuos se les practicó aleatoriamente un tratamiento estándar. Mientras tanto, la otra mitad recibió la oración de parte de un “Recitador del Secreto” seleccionado al azar. La gravedad en el sangrado de los pacientes se definió a partir del Criterio BARC (Bleeding Academic Research Consortium Definition of Bleeding).
Variando de leve (1) a grave (5). Tras el procedimiento, el 27.5% de los participantes presentó sangrado, con cantidades semejantes en los grupos. Entre los voluntarios con angiografía coronaria, sangró el 16% de los que recibieron la oración medieval y un 14% de los sometidos al tratamiento estándar. Según la validación BARC, estos sangrados eran de nivel 1.
Mientras tanto, en los que pasaron por una ACTP se observaron porcentajes de 12% y 13%, respectivamente. En este caso, el sangrado resultó de gravedad 2.
Efecto placebo de una oración.
Los investigadores observaron que los factores de riesgo para las complicaciones postoperatorias eran los mismos. Tanto para aquellos que se sometieron al procedimiento estándar, como para quienes recibieron la oración. Ningún paciente presentó un sangrado mayor a 3 según los criterios del BARC.
Evidentemente, para los científicos no es ninguna sorpresa que “El Secreto” no afectara positiva o negativamente los resultados. Sin embargo, se percataron de que un porcentaje considerable de pacientes aún solicita esta práctica pagana en los hospitales. “Esta discrepancia aparente entre los efectos medidos del sangrado y las solicitudes de los pacientes entra en un área que no abordó el presente estudio. Aunque, puede entenderse como control de estrés y bienestar”, señalan los investigadores en un comunicado.
Consideran que esta oración medieval para contener el sangrado “puede promover algún tipo de condicionamiento neuropsicológico y actuar como un placebo, al igual que sucede con otras creencias o técnicas de biofeedback”. Eso sí, reconocen que la muestra estudiada es relativamente pequeña y que el estudio presenta ciertas limitaciones al realizarse en un único hospital.
Nota Cortesia de Humberto aka Escoria24
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