El ekranoplano MD-160, popularmente conocido como Lun, fue desarrollado por los soviéticos para desplegar ataques relámpago contra los buques de guerra enemigos. Aunque sus ocho motores le otorgan la apariencia de un avión mutante, en realidad se trata de un hibrido entre aeronave y embarcación.
Ekranoplano: el “Monstruo del Mar Caspio”.
Alguna vez conocido como el “Monstruo del Mar Caspio”, tanto por su tamaño como por el impresionante arsenal que transportaba, el otrora proyecto ultrasecreto hoy es una atracción turística. Un recuerdo de la Guerra Fría abandonado en las costas rusas. Con los motores amontonados en la zona delantera, sin lugar a dudas el ekranoplano destaca entre las máquinas más extrañas construidas hasta la fecha.
Disponía de seis lanzadores con capacidad para disparar misiles guiados a cien kilómetros de distancia. Pero, esta “bestia escupe fuego” extendía su poder más allá de la artillería. Según diversos reportes de espionaje estadounidense, el ekranoplano también se usaba para plantar minas marinas, guerra antisubmarina y operaciones de búsqueda y rescate.
Una de las armas más poderosas de la Guerra Fría.
En la década de 1980, la Unión Soviética tenía planes para construir ocho de estas unidades. Los informes señalaban que se desplegarían para hacer frente a los buques de guerra de la Marina estadounidense. H.I Sutton, un experto en guerra naval, describe al ekranoplano como una de las armas más poderosas de la Guerra Fría. Una máquina “impresionante y fuertemente artillada”. Un solo grupo de tres ekranoplanos tenía capacidad para lanzar 18 misiles a más de 3,200 km/h.
El peculiar diseño buscaba que el hibrido “volara” justo por encima de las olas, manteniéndose indetectable ante al radar. Este desplazamiento dependía de algo denominado “efecto suelo”, que produce una interacción dinámica entre las alas y la superficie del agua. El ekranoplano podía despegar en condiciones de tormenta, superando fácilmente olas de casi 3 metros de altura.
Era un edificio volador: 74 metros de largo, 20 metros de alto y casi 44 metros de envergadura. Aunque alcanzaba una velocidad tope de 550 km/h, su vuelo no superaba los 9 metros de altura. Pese a su apariencia de “avión”, técnicamente la dependencia el efecto suelo permite clasificarlo como una embarcación.
El fin del proyecto.
Los trabajos para la construcción del ekranoplano MD-160 arrancaron a mediados de la década de 1970. Entró en servicio para la Marina soviética hasta 1987, cuando ya se vislumbraba el fin de la Guerra Fría. La tripulación de la máquina incluía a seis oficiales y nueve marineros. Los rumores decían que en Washington estaban preocupados ante la posibilidad de que el proyecto “llevara la guerra naval a un nuevo nivel”. Desafortunadamente, el proyecto fue descontinuado tras la caída de la Unión Soviética.
Ekranoplano abandonado en la playa de Rusia.
Hasta el año 2020, el ekranoplano Lun se deterioraba en las inmediaciones de una base naval en Rusia. Pero, el gobierno decidió trasladarlo a un museo militar en la localidad de Derbent. Evidentemente, trasladar un armatoste de 385 toneladas por agua no es una tarea sencilla, y mucho menos cuando lleva tres décadas languideciendo.
En el camino, el Monstruo del Mar Caspio amenazó con naufragar tras el ingreso de una gran cantidad de agua a través de un agujero en la estructura. El equipo determinó que era riesgoso seguir moviéndolo y simplemente lo abandonaron en la playa, a unos cuantos kilómetros del museo en Derbent. Hoy, el ekranoplano Lun se ha convertido en toda una atracción turística de la zona.
Nota Cortesia de Don Pope
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