De alguna forma, todos buscamos este sentimiento. Algunos encuentran felicidad en el trabajo y otros en el placer que producen las relaciones. La mayoría anhelamos alegría, aunque es irreal pensar que podemos experimentar esta felicidad todo el tiempo, en cada aspecto de nuestras vidas. Por eso, el sociólogo AJ Hess recomienda reconsiderar el verdadero significado de la felicidad.
Además, hacer una profunda reflexión sobre la forma en que la experimentamos. Hess menciona que la felicidad no siempre es como las personas la imaginan. Por ejemplo, una investigación encontró que la felicidad es una de las emociones más comunes cuando los individuos interactúan entre culturas. Esto les proporciona un sentido de unidad y camaradería. Por supuesto, la felicidad es un sentimiento que los humanos experimentamos de formas muy variadas.
Y, muchas veces, aquello que nos hace felices no tiene nada que ver con el trabajo o la vida personal. Cuando experimentamos satisfacción en el trabajo, solemos sentir mayor felicidad en otros ámbitos de la vida. Y viceversa: cuando sentimos felicidad fuera del trabajo, se tiende a experimentar una mayor satisfacción con las obligaciones laborales. Es algo que se conoce como “efecto spillover”.
¿Qué es la felicidad en el trabajo?
Como en los últimos años se viene haciendo énfasis en la felicidad en el trabajo, es importante asimilar que las grandes satisfacciones en el trabajo están llenas de matices y son muy complejas. Y que nada tiene que ver con una sensación de euforia que debes experimentar durante ocho horas al día. En la vida real el trabajo puede darnos días buenos y malos, y aun así producir una sensación general de alegría y satisfacción.
Ninguna de nuestras elecciones nos llevará al placer perfecto. Independientemente del trabajo que hagamos, las horas que invirtamos o la organización en que estemos, cada elección depende de un conjunto de circunstancias. Lo mejor es descubrir lo que nos gusta hacer y posteriormente buscar un equilibrio con lo que se debe hacer. Este “emparejamiento” de actividades producirá mayor alegría en el trabajo.
Cada día, las pequeñas decisiones nos llevan a involucrarnos o perder interés por lo que hacemos. Por eso, lo más sensato es adoptar un enfoque intencional y reflexionar sobre lo que realmente significa la felicidad en el trabajo.
Dedicación.
AJ Hess dice que, a menudo, las personas dedicadas son las más felices en el trabajo. Ser dedicado significa identificar un problema y tomar la iniciativa para resolverlo o perseverar hasta la resolución del mismo. La dedicación también significa la lealtad que demostramos a un equipo de trabajo o el nivel de fidelidad hacia una organización.
En un estudio donde participaron 5 mil personas económicamente activas, se constató que la renuncia silenciosa produce un efecto negativo en la percepción de felicidad y en la salud mental. Esta conclusión apunta a que el desapego, la renuncia o el no cumplimiento del trabajo que corresponde puede producir malestar general.
Inmersión en el trabajo.
Por otro lado, Hess dice que muchas veces es mejor comprometerse con otros aspectos de la vida y dedicarse a uno mismo. Y si a pesar de esto no se experimenta satisfacción, se deben tomar medidas y hacer otras elecciones, en lugar de simplemente renunciar. Cuando se experimenta una mayor felicidad en el trabajo, tendemos a sentirnos “inmersos”.
Esto es mucho más evidente cuando arranca un proyecto y perdemos la noción del tiempo. Y es que, en estas actividades, el cerebro está concentrado en la resolución de una tarea. Un periodo donde se reduce el flujo de sangre a aquellas zonas del órgano involucradas en el proceso de juzgar a otros o a uno mismo. La inmersión también es efectiva a la hora de prevenir las comparaciones, situación que tiende a arruinar nuestra alegría.
El infierno de las comparaciones.
Desde hace algunas décadas, las redes sociales se convirtieron en la fuente principal de las comparaciones. De hecho, algunos estudios sugieren que entre más tiempo pasamos en esas plataformas, mayor es la probabilidad de que experimentemos sentimientos negativos sobre nosotros mismos al compararnos con otros. El tema es tan delicado que, tras una exposición prolongada a las redes sociales, 53% de las personas experimentan envidia y un 36% siente preocupación.
Otra forma de experimentar la inmersión es aprender algo nuevo o pasar a un proyecto que esté fuera de nuestra zona de confort. Y es que cuando se trabaja en aprender algo nuevo, es mucho más probable experimentar felicidad al sentir que incrementamos nuestras habilidades y estimulamos el sentido de la exploración.
¿Cómo alcanzar la felicidad en el trabajo?
Cuando experimentamos felicidad en el trabajo es común sentir energía y buena vibra. Dicha energía tiende a moverse en dos direcciones: puedes sentirte motivado por lo que estás haciendo y querer invertir está energía, o invertir energía en algo y recibir motivación por dicho esfuerzo.
La buena vibra también puede venir del equipo de trabajo. Una investigación encontró que cuando el entorno destaca por su energía y empeño, el trabajador tiende a estar más motivado. Y cuando los miembros de un equipo presentan un buen desempeño, la tendencia es que el desempeño general aumente.
Mantente curioso y conectado.
Hess dice que la mejor forma de mantener este tipo de felicidad es alimentar la curiosidad y establecer nuevos vínculos. Hacerte preguntas a ti mismo e investigar aquello que desconoces. La curiosidad es una de las aptitudes más buscadas en nuestro tiempo. También es imprescindible establecer vínculos significativos. Aprender de los demás, desarrollar un sentido de comunidad, ayudar a los otros y pasar tiempo con ellos está relacionado con la felicidad.
Al estar feliz, resulta mucho más probable sentir que nuestro trabajo es importante y, en consecuencia, que nosotros también lo somos. El verdadero propósito también se caracteriza por la sensación de que hacemos la diferencia, y que no solo estamos ahí para obtener los resultados que nos solicitan.
AJ Hess argumenta que buscar la felicidad para nuestro propio bien es un mito. La primera razón que ofrece para sustentar esta idea es que, al buscar la felicidad, nos recordamos a nosotros mismos que no la tenemos. Además, señala que buscar la felicidad para el bien propio suele consumir toda la atención en nuestras propias necesidades.
Por otro lado, cuando se piensa en contribuir para satisfacer las necesidades de otros haciendo una diferencia en la comunidad, es mucho más probable que experimentemos una sensación de alegría. En lugar de perseguir la felicidad como un fin personal, lo ideal sería promover las condiciones para un trabajo y vida felices, invirtiendo energía y recordando en qué aspectos nuestro trabajo es importante.
Nota cortesia de Escoria24 calcetines rotos, el flojonazo de los blogs
No hay comentarios:
Publicar un comentario