Investigadores observaron bacterias empleando un truco inédito para burlar a los antibióticos. Es un hallazgo relevante con posibles repercusiones en la salud pública a nivel mundial. Especialmente porque la resistencia a los antibióticos se ha posicionado entre las principales causas de muerte a nivel global. Los pormenores de esta investigación se publicaron en un artículo de la revista Nature Communications.
Para desarrollar resistencia a los antibióticos, las bacterias se concentran en dos flancos: impedir que las sustancias se acumulan en sus sistemas o alterar el objetivo. Empleando dichas tácticas, los microorganismos logran “burlar” la acción de los fármacos con la consecuente pérdida de eficacia.
Bacterias usan truco inédito para resistir a los antibióticos.
Los investigadores señalan que esta nueva forma de resistencia es indetectable para los métodos rutinarios de análisis que emplean los laboratorios. En consecuencia, para los médicos resulta difícil prescribir antibióticos que ataquen directamente la infección. Los expertos dieron con este nuevo mecanismo mientras investigaban la forma en que el Streptococcus se defiende contra los antibióticos.
Generalmente, este grupo de bacterias provoca infecciones que se manifiestan con dolor en garganta o infecciones en la piel. Aunque, también tiene la capacidad de conducir a infecciones sistémicas. Para que entendamos mejor los hallazgos, los investigadores explican que las bacterias deben producir sus propios folatos (vitamina B9) para reproducirse y desencadenar enfermedades.
Cierto tipo de antibióticos se enfoca en bloquear la producción del folato, limitando la posibilidad de que las bacterias se reproduzcan y controlando la infección. Pues en este estudio, los científicos observaron por primera vez un mecanismo de resistencia preocupante. Al suministrarles antibióticos y perturbar la producción de sus propios folatos, las bacterias demostraron la capacidad de tomarlos directamente del huésped humano.
En repetidas ocasiones, los investigadores se aseguraron de que el mecanismo ignora completamente la acción del sulfametoxazol, un antibiótico bastante común que inhibe la síntesis del folato en las bacterias. Así, el medicamento perdió su eficacia para tratar la infección. Este hallazgo es un indicio de que la resistencia a los antibióticos es mucho más variada de lo que se creía. Esto nos apura a desarrollar tratamientos igual de variados contra las bacterias.
Preocupación creciente.
Y menciono que nos apura porque, durante la pandemia, la detección de bacterias resistentes a los antibióticos se triplicó. En 2020, en medio del Gran Confinamiento, el número de muestras positivas para patógenos resistentes a los antibióticos fue de casi 2,000. Los expertos siguen culpando al uso excesivo de antibióticos por esta revolución de bacterias resistentes.
Nota cortesia de Escoria24 el microbio de los blogs
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