Foto propiedad de: Captura de video de YouTube.
Agárrense, qué miedo sentirse identificado con este video.
A ver, sincérense, quién no ha entrado a un hotel y se ha dejado llevar como gorda en tobogán creyendo que, por el hecho de estar allí, absolutamente nadie se va a enterar de lo que está pasando dentro.
Seguramente el 99.9 por ciento de la población se olvida del mundo entero y, ya entrados en el cachondeo, gimen y gritan como si no hubiera un mañana. Y por qué no, este tipo de establecimientos están allí para eso.
Pero... sí, siempre hay un pero, y es que qué terror ser la señora que limpieza que debe pasar por los pasillos mientras tú estás protagonizando una película porno (sarcasmo). Aunque la sexualidad no tenga límites, siempre hay un poco en pudor en ello.
Desde sonidos insoportables hasta darle acceso a tríos, parejas de ancianos con jóvenes e invitaciones a participar en los juguetes sexuales, esto es lo que han tenido que experimentar los empleados de hotel.
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