Este padre ha tenido un precioso gesto hacia su hija sorda: se ha tatuado un implante coclear en la cabeza para que ella no se sienta diferente por tener que llevar uno.
Los padres de Charlotte Champbell, de Nueva Zelanda, descubrieron que estaba "profundamente" sorda del oído izquierdo y que, además, padecía problemas de transmisión de sonido entre el derecho y el cerebro. Por ello, le tuvieron que poner su primer implante coclear a los cuatro años. A diferencia de los aparatos que ayudan a potenciar los sonidos, este realiza el trabajo de las partes dañadas para proporcionar las señales sonoras al cerebro.
El padre de Charlotte, Alistair Campbell, no tenía ningún tatuaje pero a los tres días de que le hicieran el implante a su hija lo tuvo claro: se rapó completamente la cabeza y se hizo uno. "[Lo hice por] el amor que siento hacia ella. Mi cabello puede volver a crecer", ha explicado a NZ Herald. Aunque está dejando que su pelo le vuelva a crecer ha asegurado que se afeitará la cabeza cada vez que su hija quiera ver el tatuaje. Cuando Charlotte vio el tatuaje se rió, lo tocó y dijo que era "cool", ha comentado Alistair.
La fotografía de Campbell y su hija ha sido compartida por miles de personas en las redes sociales después de haber sido publicado en la página de Facebook de la web de noticias The LAD Bible. Hasta el momento ha recibido cerca de 64.400 me gusta y ha sido compartida casi 2.900 veces.