En Rusia, la policía está realizando las
averiguaciones necesarias para hallar el origen de un concurso en VK, la red social conocida como "el Facebook ruso" y en
la que se popularizó una práctica que consiste en que los participantes se tomen selfies con algún
cadáver a cambio de dinero.
Hasta el momento se sabe que fue un grupo en línea
llamado "Selfie with the
Deceased" ("Selfie con un fallecido"), el que comenzó
todo, ofreciendo 80 dólares para
la mejor foto. Dicha comunidad tiene 500 miembros, sin embargo, el
perfil de Alfred Polyakov,
el administrador, ha sido bloqueado por "actividad sospechosa".
La única condición para la fotografía era que el individuo vivo tenía que
sonreír "porque el difunto ha ido a un mejor lugar".
El portavoz de la policía de Syktyvkar declaró
que se están haciendo investigaciones para "esclarecer las circunstancias
que rodearon estos informes y tratando de determinar si un individuo o un grupo
de personas son las que están detrás de esto".