Indiscutiblemente, el surgimiento de Hamas, el movimiento político-militar que controla la Franja de Gaza, es parte del intrincado conflicto entre Palestina e Israel. Hamas se fundó en 1988, en el marco de la Primera Intifada, y rápidamente evolucionó hasta convertirse en una entidad que desempeña un papel protagónico en la región. Sin embargo, el origen y desarrollo de Hamas están profundamente ligados a una estrategia previamente implementada por Israel. Una movida política que se convirtió en un gran error.
El término “Hamas”, que en árabe significa “Movimiento de Resistencia Islámica”, refleja su enérgico rechazo a la legitimidad del Estado de Israel. Simultáneamente, el movimiento aboga por el establecimiento de un Estado palestino independiente regido por la ley islámica Sharia. Y pese a sus actuales posturas radicales, su surgimiento está íntimamente vinculado a las políticas previas de Israel.
¿Cómo surgió Hamas?
Con la reciente escalada en el conflicto israelí-palestino, que pasa por uno de los peores momentos del último siglo, todo mundo se pregunta: ¿Cómo nació Hamas? En un intento por debilitar a la oposición palestina secular, inicialmente Israel promovió a los grupos islámicos en Gaza como un contrapeso al Fatah y a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Que por esas épocas lideraba el célebre Yasser Arafat.
Mientras Gaza estuvo bajo el control egipcio, particularmente del gobierno secular de Gamal Abdel Nasser, se prohibieron las actividades de los grupos islámicos locales. Especialmente de la Hermandad Musulmana. Pero, a Israel le preocupaba mucho que los grupos laicos adquirieran la capacidad de unificar a los palestinos bajo una única bandera. Situación que amenazaba directamente los intereses israelíes.
En 1967, como consecuencia de la Guerra de los Seis Días, la estrategia israelí experimentó un cambio de gran magnitud. En aquella campaña militar, Israel derrotó a una coalición de naciones árabes y asumió el control de Gaza. Entonces, la Hermandad Musulmana y otros grupos islámicos encontraron una oportunidad para prosperar bajo el patrocinio israelí. Las actividades de estos grupos se expandieron, y se permitió la propagación de sus ideales en el territorio.
A Hamas lo creó Israel.
Rigiéndose por la máxima de “divide y vencerás”, Israel respaldó la creación de una extensa red de instituciones islámicas en Gaza. Esto incluía escuelas, clínicas y una universidad. Pero, en realidad este apoyo tenía como propósito debilitar a la oposición y fomentar divisiones dentro de los grupos palestinos. Básicamente buscaba sembrar discordia entre grupos seculares e islámicos, para que ocuparan tiempo y recursos peleándose entre sí.
Avner Cohen, un alto cargo militar israelí con una amplia experiencia en Gaza, confesó en una entrevista con el Wall Street Journal en 2009 que la creación de Hamas fue un error lamentable por parte de Israel. “Hamas es, para mi gran pesar, una creación de Israel”, señaló Cohen en aquella oportunidad.
La administración liderada por los militares israelíes en Gaza recibió con beneplácito al clérigo parapléjico (Yassin), que estableció una amplia infraestructura que incluía escuelas, clínicas, una biblioteca y jardines para infantes. Yassin fundó el grupo islámico conocido como Mujama al-Islamiya, oficialmente reconocido por Israel como una institución benéfica y posteriormente como una organización en 1979. Asimismo, Israel brindó apoyo a la creación de la Universidad Islámica de Gaza, que actualmente se considera un centro de actividad militante.
Jugando con fuego.
De hecho, a mediados de la década de 1980, Cohen escribió un informe donde alertaba a sus superiores sobre las peligrosas implicaciones de apoyar a los palestinos islamistas en lugar de los secularistas. Advirtiéndoles que no jugaran con fuego al intentar dividir la oposición. En sus palabras, “sugiero enfocar nuestros esfuerzos en encontrar una solución a este problema antes de que se convierta en una amenaza incontrolable”.
El general de brigada Yitzhak Segev, quien que fungió como gobernador militar israelí en Gaza a principios de la década de 1980, también admitió al New York Times que contribuyó financieramente al movimiento islámico como contrapeso a los izquierdistas de la OLP y el Fatah de Yasser Arafat. Este último siempre dijo que Hamas era “una creación de Israel”.
Segev reveló que “el gobierno israelí me proporcionó un presupuesto” que luego se destinó a las mezquitas. El caritativo grupo de Ahmed Yassin, el Mujama al-Islamiya, eventualmente se transformaría en Hamas. Evolucionando de una organización benéfica a un grupo considerado terrorista por Israel. Aunque Yassin terminó arrestado en 1984 y condenado a 12 años de prisión tras el descubrimiento de arsenales de armas, ya era demasiado tarde.
Mujama al-Islamiya y el surgimiento de Hamas.
Irónicamente, Israel llegó a reconocer la legitimidad de la OLP y aceptó negociar con sus líderes secularistas en el marco de los Acuerdos de Oslo de 1993. Para ese entonces, Hamas se negó a reconocer a Israel y a deponer las armas. Así, se convirtió en la principal fuerza de resistencia palestina a la ocupación israelí.
El destino alcanzó a Yassin en 2004, cuando murió en un bombardeo israelí. Tres años después, en una sorprendente victoria electoral que desencadenó tensiones tanto en Occidente como con el Fatah, Hamas tomó el control de Gaza. A partir de entonces se avivaron los bloqueos, ataques y frecuentes incursiones israelíes en el territorio.
“Mirando hacia atrás, a la cadena de eventos”, reflexionó David Hacham, un antiguo experto en asuntos árabes en las fuerzas armadas israelíes que operó en Gaza en la década de 1980, “pienso que cometimos un error. Pero en ese momento, nadie consideró las posibles consecuencias”.
Hoy, Israel está pagando los errores políticos que cometió en el pasado.
Nota cortesia de el cacas
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