Los seguidores de las enseñanzas de Buda decidieron liberar a estos crustáceos a los que ya les esperaba un plato de cocina.
Canadá.- Un grupo de monjes budistas compró cerca de 300 kilogramos de langostas en la Isla Príncipe Eduardo, de Canadá, para posteriormente liberarlas.
Los monjes, residentes de un instituto budista ubicado en Canadá, compraron decenas de estos crustáceos en diversas tiendas de una isla canadiense.
Posteriormente, tomaron un bote y las liberaron en el océano, esperando que encontraran un lugar con libertad.
De acuerdo a los monjes, el motivo de esta liberación es cultivar la compasión no solo para las langostas, sino para toda la humanidad.