Quizá nunca has escuchado hablar de Nearis Green, un esclavo negro propiedad de una destilería en los Estados Unidos a mediados del siglo XIX. Pero seguramente has escuchado hablar del entonces jovenzuelo Jasper Daniel, más conocido por el nombre de Jack Daniel que, hace 150 años, emprendió una marca de whiskey.
Sin embargo, muy pocos sabían que Nearis fue quien enseñó todo a Jack. De forma gradual la verdadera historia del whiskey más vendido del mundo (y una de las marcas de mayor prestigio en los Estados Unidos) va revelando que quién estaba detrás de esta receta y de las técnicas de destilación de Jack Daniel’s era un esclavo.
Hasta hace poco, el mérito era otorgado al reverendo Dan Call, propietario de la destilería donde Nearis era esclavo. Pero sucede que Call, como en la mayoría de los casos, no hacía nada más que poseer la propiedad; el responsable del trabajo y de entender de whiskey era Nearis – fue él quien le enseñó todo a Jack. El papel central de Nearis en la construcción de la marca no era lo que se dice muy secreto, dado que fue mencionado desde la década de 1960, pero como toda contribución proveniente de un esclavo, terminó siendo minimizada con el paso del tiempo, y solo fue reafirmada hasta ahora.
En la fotografía a detalle a la izquierda vemos a Nearis Green y a la derecha a Jack Daniel. La presencia de Nearis en la foto, al centro y entre hombres blancos, fue el primer indicio de su importancia.
En el marco del 150 aniversario de la empresa, el director global de Jack Daniel’s admitió que, pese a que no fue una decisión consiente, la acción de “minimizar” a Nearis en la historia de la marca sucedió – y que, antes de un hito como su 150 aniversario, la marca se vio en la posición de querer hablar sobre su propia historia – incluyendo la participación de Nearis como algo de lo que están orgullosos.
El nombre de Nearis empezó a ser citado de forma oficial en los tours y en las redes sociales de la marca como el hombre tras la receta y las técnicas de preparación de la bebida. Aunque llegue tarde, e ilustre como los horrores del racismo afectaron muchos más aspectos de lo que creíamos, el sabor de la justicia siempre es puro y delicioso como un buen bourbon.