Cada año, previo a la época navideña, Los Reyes Magos y Santa Claus se enfrentan a un dilema: niños que piden Barbies o niñas que piden camiones o pelotas de futbol como regalo.
Para los padres de familia esto representa un temor de que su hijo varón se “vuelva” homosexual o su hija se “convierta” en lesbiana; miedo que de acuerdo con los expertos es infundado.
El Big Data Mx platicó con Alejandra Parra Medina, jefa de Difusión, Extensión y Vinculación del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM, quien nos explicó que durante la infancia los juguetes influyen en la construcción sociocultural del género.
Los juguetes no determinan la orientación sexual de los niños”, advirtió
Pero sí tienen que ver con su desarrollo, abundó, entonces si juegan a “la casita” desarrollarán habilidades de convivencia, de relacionarse con los otros. Asimismo, juguetes como los de construcción, desarrollarán más las habilidades matemáticaspara resolver problemas.
Los niños y niñas repiten los roles de género que ven en sus padres y hermanos mayores, esto lo reflejan a través del juego y los juguetes
Cuando a un niño le decimos que no puede jugar con muñecas porque eso es de niñas, le estamos diciendo que el cuidado de los hijos corresponde sólo a ellas, pero por algo innato ellos también quieren cumplir ese rol”, explicó la experta.
Y es que existe una gran carga cultural depositada en los juguetes y los juegos, desde siempre la mejor forma de enseñar a los niños y niñas cómo comportarse es a través de herramientas lúdicas.
Al paso del tiempo las diferencias entre hombres y mujeres se han acentuado yhoy hasta tenemos colores, rosa para niñas, azul para niños, es impensable que cualquiera de nosotros no vea esta relación, señaló Parra Medina.
Lo que pasa cuando vas a una tienda departamental o juguetería, es que de un lado están los juguetes de niña, casi todo el pasillo en rosa y de otro lado los de niño”, reflexiono.
Si bien en los últimos años son cada vez más las marcas que deciden publicitar los juguetes para ambos sexos, por medio de anuncios en los que niños y niñas aparecen jugando a la “comidita” en cocinetas infantiles, por ejemplo, aún hay diferencias cuando se trata de muñecas para ejercitar la maternidad o carritos y pistolas para ejercer la masculinidad.
No es que las niñas quieran jugar futbol porque sean lesbianas, quieren jugar futbol porque ven al papá y se dan cuenta que lo disfruta, o ven a los chicos de la cuadra que se divierten, o ven que ya existen campeonatos femeniles y les llama la atención”, ejemplificó.
El gusto de las niñas por el futbol no reflejan su orientación sexual, pero si los padres le empiezan a decir que eso “es de marimachas”, las pequeñas primero pensarán que ser masculina es algo malo y algunas preferirán abandonar la práctica deportiva por el miedo a convertirse en “algo malo”.
También es cierto que las familias son cada vez más abiertas con el tema y buscan opciones que no siempre replican los roles tradicionales de género.
Esto se ve reflejado en las ventas de los juguetes más tradicionales, como lasBarbies. La juguetera Mattel ha reportado pérdida en las ventas de las clásicas muñecas en los últimos cuatro años, han pasado de mil 275 millones en 2012, a mil 9 millones en 2014.
Otros especialistas coinciden en que los juguetes influyen en la vida adulta de los niños, pero no definen ni su orientación sexual, ni su identidad de género, ni son “señales” de lo que serán los infantes en su futuro.
Osea que Oscar Reyes y Joetl Palurdotl no son pùtos solo por jugar a la comidita y a la planchita