Si alguna vez nos proponemos establecer colonias humanas permanentes en Marte, enfrentaremos desafíos colosales debido a su inhóspito y gélido clima. La temperatura media en el planeta rojo ronda los -64 grados Celsius, condiciones extremadamente adversas para cualquier forma de vida terrestre. Sin embargo, un equipo de investigadores ha propuesto recientemente una solución brillante –literalmente– que podría cambiar radicalmente este escenario.
Dirigidos por Samaneh Ansari, de la Universidad Northwestern, y con la colaboración de la Universidad de Chicago y la Universidad Central de Florida, estos científicos han desarrollado una técnica que podría calentar el ambiente marciano de manera significativa y sostenible. Su propuesta, descrita en Science Advances,
consiste en liberar en la atmósfera de Marte nanorods metálicos, diminutas varillas metálicas reflectantes, similares a la purpurina, que podrían crear y mantener un efecto invernadero artificial.
Terraformación: manta térmica gigante
Este método ingenioso se basa en el uso de materiales abundantes en Marte, como el hierro y el aluminio, evitando así la necesidad de transportar recursos desde la Tierra. La idea es crear millones de toneladas de nanorods, diseñados para reflejar la radiación solar y retener el calor atmosférico, cada uno más pequeño que una mota de purpurina comercial, y liberarlos en la atmósfera de Marte. Estas nanopartículas actuarían así como una manta térmica gigante, atrapando el calor y dispersando la luz solar, lo que podría aumentar la temperatura del planeta en más de 28 grados Celsius, facilitando la existencia de agua líquida y la vida microbiana fotosintética.
Según los cálculos del equipo, esta estrategia requeriría 5.000 veces menos material que las propuestas anteriores para calentar Marte globalmente. "Esto aumenta significativamente la viabilidad del proyecto", afirma en un comunicado de prensa el geofísico Edwin Kite, de la Universidad de Chicago.
Atmósfera en Marte seguiría siendo demasiado fina para respirar
Sin embargo, antes de que empecemos a empacar nuestras maletas para Marte, hay que tener en cuenta que este es solo el primer paso de un largo camino. La atmósfera del planeta seguiría siendo demasiado fina para respirar, y el suelo probablemente no sería lo bastante rico para la agricultura. Pero si la terraformación llega a ser una realidad, el calentamiento del planeta será un primer paso esencial.
Aun así, el plan no está exento de desafíos. No está claro cuánto tiempo permanecerían los nanorods en la atmósfera de Marte, que sigue filtrándose lentamente al espacio. Además, a medida que el planeta se caliente, las nanopartículas podrían atraer vapor de agua y caer en forma de lluvia cargada de metales, lo que plantea nuevas preguntas sobre sus efectos a largo plazo.
A pesar de estos obstáculos, los investigadores están entusiasmados con las posibilidades. "Esta investigación abre nuevas vías de exploración y nos acerca un paso más al sueño largamente acariciado de establecer una presencia humana sostenible en Marte", afirma Kite.
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