Tras el arresto del fundador de Telegram, Pavel Durov, la oposición rusa
teme por una de sus plataformas de comunicación. Otros movimientos de
protesta también usan Telegram. Pero el servicio tiene sus
inconvenientes.
Más de 900 millones de usuarios en todo el mundo utilizan el servicio de mensajería Telegram.Imagen: Marcello Casal Jr/Agencia Brazil/dpa/picture alliance
Irán,
Tailandia y Bielorrusia lo demuestran. Muchos de los movimientos de
protesta contra regímenes autoritarios que se han extendido en varios
países del mundo tienen una cosa en común: se organizaron en gran medida
a través de Telegram. Fundado en 2013 por el ruso Pavel Durov, detenido Francia, el servicio de mensajería se ha convertido en una de las redes sociales más populares del mundo.
Más de 900 millones de personas usan Telegram, que se enorgullece de
regular menos sus contenidos que los otros servicios de mensajería. La
aplicación se puede seguir usando incluso con una conexión
extremadamente lenta a internet, por ejemplo, en el caso de que el acceso a la red sea limitado por el gobierno.
También se pueden crear grupos de hasta 200.000 participantes, lo que
permite movilizar rápidamente incluso a grandes multitudes. Y la
plataforma promete a sus usuarios un grado especialmente alto de
anonimato. Estos deben registrarse con un número de teléfono celular, y
luego pueden crear un nombre de usuario sin tener que revelar su número a
otros participantes del chat. Eso hace a Telegram interesante para
determinados grupos.
El director de Telegram, Pavel Durov, fue arrestado en Francia.Imagen: Tatan Syuflana/AP Photo/picture alliance
Noticias falsas, propaganda y extremismo
Dichos grupos no solo incluyen a miembros de la oposición en
regímenes autocráticos dictaduras. A partir de 2020, la plataforma
también recibió un gran apoyo de los negacionistas del coronavirus .
Luego del cierre temporal de la plataforma Parler, que difundía
principalmente contenidos de extrema derecha, muchos extremistas de
derecha y populistas encontraron en Telegram un nuevo hogar online. Allí
se llevan a cabo numerosas campañas de noticias falsas y desinformación .
Y Telegram también atrae a los ciberdelincuentes: al detenido Pavel
Durov se lo acusa, entre otras cosas, de facilitar la delincuencia de
bandas, de no actuar contra la distribución de material pornográfico
infantil y de encubrir delitos.
Y así, el arresto de Durov condujo a una situación bastante extraña,
en la que el gobierno ruso, que gestiona numerosos canales en Telegram,
se indignó tanto como los altos representantes de la oposición rusa.
Georgy Alburov, compañero desde hace mucho tiempo del ahora fallecido
crítico del Kremlin Alexei Navalny, habló incluso de un "duro golpe a la
libertad de expresión”.
Graves brechas de seguridad
Pero la plataforma no es tan segura y anónima como muchos de sus
usuarios creen, sino todo lo contrario. "Puede hablar con quien quiera
en los círculos de seguridad: todo el mundo le dirá que Telegram es
claramente inferior a otras mensajerías en lo que respecta a la
confidencialidad del contenido", afirma Jürgen Schmidt, director del
portal alemán de noticias informáticas heise online.
A diferencia de los servicios de mensajería Whatsapp o Signal, los
mensajes en Telegram no están cifrados de extremo a extremo de forma
predeterminada, es decir, desde el remitente hasta el destinatario.
"El propio Telegram a veces se comunica de forma un poco extraña",
explica Schmidt a DW. "Hablan de cifrar todos los mensajes, pero lo que
quieren decir es que el mensaje se cifra en el camino desde el
dispositivo al servidor. Los mensajes se descifran en el servidor y
están disponibles allí en texto plano".
Aunque también se puede configurar un cifrado completo, esto no es
tan fácil y no funciona para todos los tipos de chat. "Eso significa
básicamente que todo lo que uno escribe en Telegram durante el
funcionamiento normal está en sus servidores, y Dúrov y su equipo tienen
acceso a esa información", afirma Schmidt, que en una ocasión describió
a la plataforma como una "pesadilla en materia de protección de datos".
Pero no se sabe dónde se encuentran los servidores de la empresa, en
los que, según el experto, se almacena gran cantidad de información no
cifrada y, por lo tanto, tampoco se sabe quién podría acceder a ellos.
El propio Telegram no proporciona ninguna información al respecto.
Escape sistemático de la justicia
Una de las explicaciones acerca del uso preferencial de Telegram por
parte de tantos movimientos de protesta antiautocráticos es, según
Schmidt, que ese servicio no está relacionado con Estados Unidos, ya
que "siempre se cree que la ‘malvada' NSA está espiando”.
En lugar de eso, Telegram está dirigido por un ruso "que ha ganado
credibilidad adicional al emigrar de Rusia para escapar de la presión
del régimen allí". Lo que también llama la atención es que Durov cambió
varias veces la sede de su empresa, que, finalmente, ahora está en
Dubái, de difícil acceso para un procedimiento penal desde Alemania o
EE. UU.
Eso incluso presenta a veces serios problemas para los usuarios,
subraya Schmidt. "No hay forma de hacer valer ningún derecho contra
Telegram", afirma. Eso fue organizado deliberadamente así por la
plataforma, indica. "Esto puede verse como algo positivo si se encuentra
en el punto de mira de las autoridades policiales, pero también puede
ser una desventaja si, por ejemplo, se es víctima de estafadores".
Todo esto sólo deja una conclusión al experto en Tecnología Informática de heise online: "Personalmente, me mantendría alejado de Telegram para todo lo que sea confidencial".
(cp/ers)
Nota cortesía:
Fuente de información:
Thomas Latschan (29 de agosto de 2024). Telegram: ¿es tan seguro como muchos piensan? DW en Español. Alemania. Recuperado el 28 de junio de 2024 de: https://www.dw.com/es/telegram-es-tan-seguro-como-muchos-piensan/a-70072775
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