La incesante pasión humana por desvelar los confines del Universo se manifiesta en toda una diversidad de ámbitos. El espacio y el océano, en particular, suponen un fascinante atractivo debido a un factor común: ambos están repletos de enigmas y misterios. Sin embargo, nuestra inherente inadaptación a estos entornos limita la capacidad de explorarlos o habitarlos sin asistencia de tecnología especializada.
¿Qué tanto exploramos los océanos de la Tierra?
No obstante, dichas limitaciones no han podido menguar la insaciable curiosidad hacia estos mundos. De hecho, a veces sirven para incrementar el interés de forma exponencial. Pero, ¿realmente sabemos más del espacio que del océano? Acompáñanos a reflexionar sobre este mito tan ampliamente extendido. En la Tierra, los océanos se caracterizan por su vastedad, no solo en términos de extensión, sino también en cuanto a profundidad.
Los océanos terrestres conforman el 70% de la superficie del planeta, de los cuales el Océano Pacífico representa un imponente 45%. Para apreciarlo en su justa medida, debes saber que la profundidad promedio de los océanos se ubica en los 3,688 metros. La Fosa de las Marianas, con 10,935 metros, es uno de los abismos más profundos explorados por el hombre. Ni siquiera el pico más alto de la Tierra, el Monte Everest, logra aproximarse a esas profundidades oceánicas
Dada su descomunal magnitud y dimensiones, es comprensible que explorar la totalidad de los océanos resulte prácticamente imposible. Sin embargo, no son solo estas características las que dificultan una labor tan ardua. También se deben considerar las bajas temperaturas y la abrumadora presión acuática, una fuerza tan grande que aplastaría a un ser humano sin inconvenientes.
Es innegable que los avances tecnológicos permitieron al ser humano explorar los océanos de una manera inédita. No obstante, en todo este tiempo solo hemos explorado un 5% de su inmensidad. En términos prácticos, significa que solo tenemos cartografiado el 35% de la superficie de nuestro planeta, dejando el restante 65%, sumergido en los océanos, como un enigma sin resolver.
¿Sabemos más del espacio que del océano?
Pero, así como al ser humano le resulta imposible sobrevivir en el océano, tampoco puede subsistir en el espacio sin asistencia de tecnologías específicas. De este modo, la exploración espacial se torna igualmente desafiante. Sumado al hecho de que los viajes fuera del planeta son extraordinariamente costosos. No obstante, el espacio se encuentra al alcance de nuestros ojos gracias al uso de telescopios. Un privilegio que nos es negado en las profundidades oceánicas.
Como resultado, los científicos lograron ubicar los planetas de nuestro Sistema Solar y crear mapas detallados de la superficie de planetas como Venus, Marte y Mercurio. A primera vista, podría parecer que el ser humano ha explorado más el espacio que los océanos. Sin embargo, hay un aspecto crucial que no debe pasarse por alto. Aunque los océanos terrestres sean vastos, no existe punto de comparación con la inmensidad del Cosmos. Una región que va mucho más allá de los límites de la imaginación humana.
Es cierto que los telescopios proporcionan la dicha de contemplar gran parte del universo visible, pero no debemos olvidar que gran parte del mismo está compuesto por materia y energía oscura. Entidades que no interactúan con la luz y, por ende, son invisibles a nuestros ojos. Por eso, considerando que el ser humano ha explorado la mayor parte del espacio observable, se estima que dicho logro abarca aproximadamente un 4% del total de Universo. El 96% restante está compuesto por materia y energía oscura.
La información evidencia que tanto el espacio como los océanos todavía son un intrigante misterio para la humanidad. Pero, conforme la tecnología avance, probablemente realicemos nuevos hallazgos en estas áreas, proporcionándonos una visión más completa y profunda de estas enigmáticas fronteras.
Nota cortesia de Don Beto, el que no se enfada de escuchar gemidos
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