Se le conoce como el Mapa babilónico del mundo o el Imago Mundi, y es, de los instrumentos de su tipo, el más antiguo. Además, es uno de las mejores piezas que tienen los historiadores y arqueólogos para comprender la cosmovisión de Mesopotamia. En este mapa, que data del siglo VI a.C., se muestra cómo se originó y ordenó el Universo.
Dentro de la configuración que presenta el mapa, según la Sociedad Geográfica Estadounidense, se puede ver los actuales territorios Irak, así como parte de Siria, Turquía e Irán. Su composición, por otra parte, consta de una tablilla de arcilla con inscripciones en acadio.
Fusión del cielo y la tierra
Como sucede con otros mapas de la Antigüedad, Babilonia aparece en el centro de todo. Entre lo que se aprecia, de acuerdo con las fuentes, se muestran masas de agua que podrían haber estado cerca de la metrópoli, al igual que siete ciudades circundantes a esta.
Igualmente, el sitio de The Archaeologist señala que las regiones conocidas y las islas que rodean Babilonia son representaciones míticas de la relación entre la tierra y los cielos. Es decir, no existen realmente en el mundo físico.
Este es el mapa más antiguo del mundo y es, también, una de las mejores piezas para ver cómo las visiones de la Antigüedad relacionaban al cielo con la tierra.
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