jueves, 18 de abril de 2024

Insecto se reproduce solo con ADN de las hembras

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 En la naturaleza, las formas de reproducción se presentan en una variedad de estrategias y adaptaciones. Aunque es bien sabido que algunas especies como los delfines, bonobos y humanos, copulan por placer. La regla general establece que machos y hembras encuentran en la reproducción su motivación primordial. Aunque, el peculiar insecto palo desafía esta norma, revelando un intrigante rompecabezas biológico que los expertos no terminan de resolver.

Insecto palo en Japón y la partenogénesis.

En los laboratorios del Instituto Nacional de Biología Básica en Japón, el investigador Tomonari Nozaki y compañía estudian un fascinante fenómeno de la naturaleza: la partenogénesis. Esta característica, conocida por la reproducción asexual mediante clonación de hembras, se ha identificado en una variedad de especies desde hace tiempo. Sin embargo, el hallazgo que llama la atención de la comunidad científica involucra a un aparentemente modesto habitante de los bosques japoneses, el insecto palo Ramulus mikado.

En un peculiar enigma evolutivo, a pesar de que la hembra de este insecto palo se aparea con machos, los descendientes no poseen rastro alguno del ADN del padre. Es decir, la reproducción se lleva a cabo sin la contribución genética de los machos. Por sí sola, la hembra puede generar descendencia genéticamente idéntica a ella misma, sin recurrir al proceso de fertilización. En resumen, el insecto palo se clona.

Sin embargo, esta forma de reproducción no es única en su clase. En el reino animal, la partenogénesis se ha constatado en diversas especies. Tanto en los tiburones martillo como en los dragones de Komodo, las hembras pueden reproducirse por su cuenta. Este término, originado del griego “parthénos” que significa virgen y “génesis”, creación, plantea cuestiones esenciales sobre cómo la reproducción se adaptada y optimiza por la propia naturaleza.

El insecto palo que prescindió de la fertilización.

Para esclarecer este misterio, los científicos japoneses condujeron experimentos cruzando ejemplares machos y hembras del insecto palo. Los resultados demostraron un apareamiento normal, aunque ciertos indicios sugerían que los machos podían ser estériles. Esta peculiaridad explicaría su rareza en una población dominada por hembras que se multiplican a través de la clonación.

insecto palo apareandose
Imagen A: en una representación cautivadora, se presentan un macho adulto y una hembra de Ramulus mikado, una especie de insecto palo partenogenético nativa de Japón. La rareza de la presencia del macho resalta la singularidad de este momento.
Imagen B: En esta instantánea notable, se revelan los detalles de un ritual de apareamiento exitoso. Un insecto macho se posiciona con confianza sobre una hembra. Utilizando “claspers” especializados, sujeta firmemente las puntas de la sección abdominal de ella. Esta maniobra crucial prepara el escenario para el siguiente paso.
Imagen C: Al acercarnos, obtenemos una perspectiva más detallada de este evento trascendental. El miembro transparente y ligeramente verdoso del macho, un asombroso órgano genital externo, se inserta meticulosamente en los intrincados gonoporos de la hembra. Este acto simboliza la culminación de un proceso natural único, capturado minuciosamente para nuestra comprensión.

Al profundizar en el análisis de los machos, los investigadores identificaron espermatozoides defectuosos en sus gónadas, incapaces de fertilizar a las hembras. La incógnita central gira en torno a por qué una secuencia de mutaciones tan perjudiciales, que evidentemente obstaculiza la función reproductiva masculina bajo la presión de la selección natural, persiste en la población.

La misteriosa existencia de los machos.

Desde la perspectiva de los investigadores, esta es una valiosa oportunidad para explorar la evolución de una característica aparentemente desfavorable. Además, estudiar la reproducción de especies partenogénicas podría tener aplicaciones prácticas. Como la creación de herramientas para el control de plagas agrícolas mediante la introducción de individuos estériles en las poblaciones afectadas. Algo parecido a lo que hicieron con los mosquitos genéticamente modificados en la Florida.

Ahora, los investigadores buscarán conocer cómo es que todavía existen machos en la especie. Dado que son incapaces de reproducirse y las hembras se clonan a sí mismas. A diferencia de otras especies partenogénicas, donde no hay machos y el apareamiento carece de propósito, en este insecto palo, los machos todavía están en la población.

Aunque el deterioro del genoma masculino en el Ramulus mikado ya es un hecho indicado por la inviabilidad del esperma, existe la posibilidad de que los machos cumplan una función en la reproducción que nada tiene que ver con la fertilización directa. Quizás algún mecanismo genético a nivel poblacional está evitando su extinción. Como nos enseñó Michael Crichton en Jurassic Park: “la vida se abre camino”.


Nota cortesia de Doña Naturella



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