Lo primero que dice ChatGPT, la célebre aplicación de inteligencia artificial de OpenAI, cuando un nuevo usuario quiere abrir una cuenta es: “Dime más de ti”. Inmediatamente, pide la fecha de nacimiento y aceptar los términos y condiciones de uso que exige la plataforma. Tal vez sin saberlo, la persona ya está alimentado al algoritmo de Microsoft. Pero, ¿cuál es el funcionamiento de ChatGPT realmente?
Después de hacer clic en ‘Aceptar’, aparece una pantalla con consejos para empezar a interactuar con el algoritmo de inteligencia artificial. Haz preguntas, revisa los hechos y no ingreses inforamción sensible, recomienda una caja de texto. Al cerrar la ventana, el algoritmo pregunta: “¿Con qué te puedo ayudar hoy?”, con una serie de sugerencias. Comparar estrategias de negocio, configurar una cédula y crear una historia están entre ellas.
En Muy Interesante México interactuamos con la aplicación, y le preguntamos quién es y cuál es su funcionamiento. Esto fue lo que nos dijo, comparado con la opinión de un especialista en inteligencia artificial.
¿Qué es ChatGPT y para qué sirve?
“¿Quién eres?” Ésta fue la pregunta de partida para iniciar la interacción con el algoritmo de OpenAI. Antes que nada, habría que enfatizar que ChatGPT es un bot. Es decir, un algoritmo creado por Microsoft con base en un modelo de lenguaje robusto, que genera respuestas con lenguaje natural.
Todo esto es posible gracias al Generative Pre-Trained Transformer que, además de ser las siglas del programa, sugiere el funcionamiento general de ChatGPT. El sistema genera respuestas e interacciones con base en un entrenamiento previo, que transforma en lenguaje parecido al de los seres humanos. Al ingresar la pregunta al sistema, la pantalla arrojó este párrafo:
“Soy ChatGPT, un producto de OpenAI, basado en la arquitectura GPT-3.5. Soy un modelo de aprendizaje automático diseñado para comprender y generar texto similar a un humano en función de la información que recibo. Mi propósito es ayudar y proporcionar información lo mejor que pueda. Si tienes alguna pregunta o necesitas información, ¡no dudes en preguntar!”
¿Por qué parece que estoy hablando con un ser humano?
Con este procesamiento, puede ejecutar muchas acciones con base en el contenido textual que ingresen las personas. A pesar de que el algoritmo es tan robusto, admite que no puede generar imágenes por su cuenta. Cuando le preguntamos cómo se describe a sí mismo, respondió lo siguiente:
“Puedes imaginarme como una red compleja de nodos y conexiones, que simboliza las capas y conexiones dentro de la arquitectura de red neuronal de GPT-3.5”, respondió ChatGPT sobre su funcionamiento.” Esta red procesa y comprende patrones en el lenguaje, lo que me permite generar respuestas basadas en texto.”
Los nodos representan la información que existe en la base de datos del algoritmo. Por su parte, las conexiones son las que la inteligencia hace para relacionar las preguntas con este contenido precargado. Todo esto es posible gracias al machine learning, una tecnología que permite interpretar los datos que se ingresan al sistema, recordarlos y aprender de ellos.
Este procesamiento ha sido descrito como ‘excepcional’ por Towards Data Science, la revista digital que aborda las últimas novedades del IA, ya que el algoritmo refuerza su conocimiento a partir de la retroalimentación que le dan los seres humanos. Es decir, si devuelve información poco útil, y los seres humanos le corrigen, ChatGPT recordará esta interacción para afinar sus respuestas futuras.
¿ChatGPT tiene consciencia?
Como hemos visto, podría parecer que se está hablando con una persona. Sin embargo, según la experiencia de Diego Esperguin, Líder Técnico de Datos de Auronix, no es el caso para nada. Por el contrario, este tipo de tecnología está diseñada para imitar el lenguaje humano natural. Y no sólo eso: aprende de las interacciones y preguntas que hace la gente para acercarse más a ello.
Así como otros chatbots, ChatGPT funciona con un sistema de inteligencia artificial (IA). "La IA es la capacidad de las máquinas de realizar tareas que normalmente consideramos propias de la inteligencia humanas", explica Espeguin. Entre ellas, solucionar problemas sencillos de atención al cliente, localizar el estatuos de envío de algún producto, o contestar preguntas precargadas en un sistema robusto.
Cuando el chatbot identifica que la situación es demasiado compleja para manejarla por su cuenta, inmediatamente se lo hace saber al usuario. En algunos casos, incluso, puede dirigirle a hablar con un agente humano. Por ello, ChatGPT no tiene consciencia:
“No, no tengo conciencia, ni experiencias subjetivas”, respondió el algoritmo, “No tengo sentimientos, conciencia de mí mismo ni experiencias personales”.
Además, la plataforma confirmó que opera con base en “patrones e información presentes en los datos sobre los que fui entrenado”. No sólo eso. Lo hace “sin ninguna comprensión o conciencia del contenido o contexto.”
Nota cortesia de Monita Maussan
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