Desde su lanzamiento en 1959, Barbie se convirtió en una de las muñecas más icónicas y reconocidas en todo el mundo. Sin embargo, detrás de la creación de este famoso juguete hay una historia fascinante que involucra a dos mentes creativas. Una es la de Ruth Handler, popularmente conocida como la “madre” de Barbie. Y la otra de Jack Ryan, el diseñador responsable de crear la inconfundible apariencia de la muñeca.
Aunque la fama y el éxito acompañaron a Ryan gracias a su trabajo en Mattel, su vida estuvo marcada por excesos y escándalos de los que se habla muy poco. En este artículo, exploraremos la vida y contribuciones de Jack Ryan en la creación de Barbie, así como los oscuros episodios y excentricidades que protagonizó en vida.
Jack Ryan, el padre de Barbie.
La inspiración para crear Barbie surgió en 1959, cuando Ruth Handler supo de la existencia de Bild Lilli, una muñeca muy popular en Alemania. Posteriormente observó a su hija Bárbara jugar con muñecas y asignarle diversas profesiones, en contraste con los juguetes que solo permitían a las niñas representar roles maternales. En este contexto, empezó a trabajar con Jack Ryan, el talentoso diseñador que desarrolló la apariencia de la muñeca.
Aunque Ruth Handler es conocida como la “madre” de Barbie, Ryan desempeñó un papel fundamental como el “padre” de esta icónica figura. Pero, su nombre no siempre se asocia con el popular juguete, y por una buena razón. Tras la creación de la muñeca, el éxito y las riquezas llegaron a Jack Ryan. Trabajó para Mattel durante más de dos décadas, desde 1956 hasta mediados de la década de 1970.
Diseñador talentoso.
De hecho, Ryan alcanzó el cargo de vicepresidente de investigaciones y desarrollo en la marca. Además de Barbie, creó otros éxitos de la compañía, como los famosos autos de juguete Hot Wheels y la muñeca Chatty Cathy. Pero, antes de incursionar en la industria del juguete, Jack Ryan trabajó para una industria mucho más siniestra. Colaboró en el diseño de misiles para la empresa de armamento militar Raytheon. Su talento contribuyó a la creación de armas utilizadas en conflictos bélicos como los de Vietnam, Irán e Irak.
Excesos y controversias: la vida privada de Jack Ryan.
A pesar de su éxito profesional, la vida privada de Jack Ryan estuvo plagada de excesos y escándalos. En la biografía “Toy Monster: The Big Bad World of Mattel”, escrita por Jerry Oppenheimer en 2009, la descripción de Ryan es abrumadora. El biógrafo lo refiere como un “narcisista perturbado y maniático sexual”. Además, asegura que habitaba un castillo medieval lujosamente decorado donde celebraba orgías cada semana.
Por si fuera poco, su adicción a las drogas lo llevó a situaciones extremas, como apuntar un arma a la cabeza de su hija Diana durante un episodio de paranoia inducido por la cocaína. Así lo contó Ann Ryan, su otra hija, en el podcast Dream House – The Real Story of Jack Ryan. “Papá bebía en exceso. Creía que alguien lo estaba persiguiendo o que lo espiaban constantemente con aparatos electrónicos”, contó la mujer. En el documental The Toys That Made Us, Ann también asegura que su padre era adicto al sexo.
Gozaba de tanta fama y riqueza que tenía un catalogo de mujeres, diferenciadas por atributos físicos, muchos de los cuales coincidían con los observados en Barbie. De hecho, algunos rumores dicen que varias de sus amantes sirvieron como inspiración en la creación de Barbie.
Distanciamiento de Mattel y trágico final.
Debido a los crecientes problemas y polémicas asociados a Jack Ryan, Ruth Handler y Mattel decidieron distanciarse de él. Especialmente tras el altercado con Diana. Tras recibir tratamiento especializado en una clínica psiquiátrica, Ryan finalmente dejó la empresa y llegó a un acuerdo con la compañía tras una demanda. Sin embargo, su vida continuó en declive, fracasando en cinco matrimonios y luchando contra sus adicciones. Trágicamente, Jack Ryan falleció en 1991 a los 65 años, dos años después de sufrir un derrame cerebral relacionado con el abuso de drogas.
La historia de Jack Ryan, el “padre” de Barbie, es una mescolanza de éxitos profesionales y excesos personales. Su contribución en la creación de la icónica muñeca dejó un legado perdurable en la cultura pop. Mientras que su vida privada estuvo marcada por episodios oscuros y comportamientos controvertidos. Aunque su legado continúa a través de Barbie, la figura de Jack Ryan es un recordatorio de cómo el éxito y la fama pueden ser una vía rápida al Infierno.
Nota cortesia de Escoria24
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