Entonces un día un joven albañil
se encontraba trabajando muy arduamente haciendo sus cosas de
construcción, cuando de un momento ya tenía una varilla enterrada… en los
testículos… hasta su hombro.
Y él como si nada.
El muchacho se cayó mientras
ponía un piso, y de muy mala forma fue a dar encima de una varilla.
Inmediatamente fue llevado al hospital, donde los doctores le retiraron el
objeto.
Fue reportado como estable, ya
que de puro milagro el fierro le entró sólo superficialmente.
En el hospital, entrevistado
luego de sufrir el aparatoso accidente, el resistente muchacho dominicano
comentó apenas sacado de onda que no sintió dolor alguno.