El Bikini car wash de Orlando, Florida, suma tanto clientes como críticos. Ofrece todo tipo de servicio de lavado de autos, de 10 a 60 dólares, pero en todos los casos el trabajo lo hacen chicas en bikini.
Steve McMahon arrancó el negocio de lavadero de autos hace cinco años, para pagar los estudios de su hija. Asegura que con la atención de las chicas en bikini, ganó en clientes más poderosos.
Ahora tenemos un montón de coches de gama alta, hemos hecho Lamborghinis , Ferraris y Bentleys.
A pesar de la críticas, los clientes defienden a sus lavacoches favoritas y justifican su trabajo: "Si una joven tiene que usar bikini en un clima de 40 grados para pagar la universidad, no veo nada malo en eso".
Obviamente, no todos piensan lo mismo. Cuando empezó con el "baywash", Steve decidió ofrecerle lavado de autos gratis a la policía, pero le duró poco. Una oficial sacó fotos y se quejó ante sus superiores, que inmediatamente prohibieron a los uniformados usar los servicios de las chicas en bikini.
En Argentina suelen verse fotos de chicas en bikini lavando autos para promocionar lavaderos, que finalomente son atendidos por hombres. La polémica en nuestro país llegó cuando se descubrió en redes sociales una estación de servicio que vestía a las playeras de colegialas.