La 'alta' factura que México ha tenido que pagar para frenar la migración hacia EE.UU.
La reducción de los cruces en la frontera obedece al endurecimiento de
la política migratoria de Washington y a las detenciones masivas por
parte del Gobierno mexicano.
Una de las promesas de campaña hechas por Donald Trump, quien tomará
posesión como presidente constitucional de EE.UU. en enero de 2025, es
la de deportar a un millón de migrantes indocumentados por año.
Luego de nombrar a Thomas Homan como su 'zar de la frontera', analistas aseguran que la política migratoria
del magnate de Nueva York será de un talante aún más "duro" durante su
segundo mandato, un escenario que, anticipan, será muy "difícil" para el
Gobierno de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
Sin
embargo, a la luz de las cifras oficiales, desde la administración
anterior, encabezada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se tomaron acciones que lograron reducir la migración hacia EE.UU., en gran medida a partir de las presiones de Trump durante su primer mandato.
Y
es que, de adoptar en un principio un enfoque "humanitario", la
política migratoria de México se orientó finalmente hacia la "seguridad
nacional": el despliegue masivo de militares y elementos de la Guardia
Nacional hizo posible perpetrar detenciones de migrantes a una escala
sin precedentes.
La política 'antiinmigrante' de Joe Biden
Grandilocuente en
el discurso, a menudo se cataloga a Donald Trump como el presidente que
implementó la política antimigrante más dura en la historia de EE.UU.
Sin embargo, las gestiones de su predecesor Barack Obama, así como de Joe Biden, no se caracterizaron precisamente por poner por delante la defensa de los derechos humanos de los migrantes.
El
gobierno de Obama batió récord de deportaciones. Solamente durante
2009, el presidente surgido de las filas del Partido Demócrata ejecutó
297.207 devoluciones, cifra muy superior a las 177.000 realizadas
durante el primer año de la administración de Trump.
En el caso de Joe Biden, con todo y que fue objeto de reclamos de
parte de legisladores y gobernadores del Partido Republicano, que le
achacaron una supuesta inercia ante la migración irregular, la realidad
es que se terminó inclinando por el endurecimiento de la política.
Biden,
quien se hizo a un lado de la carrera presidencial por la reelección,
impuso restricciones a las solicitudes de asilo mediante una orden
ejecutiva expedida a mediados de este año.
Una vez que entró en
vigor esta medida, se impidió que los migrantes indocumentados pudieran
tener acceso a tribunales estadounidenses, con lo cual resultó mucho más
sencillo para el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus
siglas en inglés) deportarlos en escala masiva.
"Esta acción
ejecutiva es un paso más que la administración [estadounidense] ha dado
dentro de sus facultades existentes para disuadir la migración
irregular", declaró Alejandro N. Mayorkas, secretario de Seguridad
Nacional.
Las presiones sobre el gobierno de López
Obrador para disminuir la migración no se limitaron a la administración
de Donald Trump, también tuvieron lugar con Biden como inquilino de la
Casa Blanca.
Las presiones sobre el gobierno de López Obrador para disminuir la migración no se limitaron a la administración de Donald Trump, también tuvieron lugar con Biden como inquilino de la Casa Blanca.
El punto de inflexión fue diciembre de 2023, cuando
una comitiva liderada por el secretario de Estado, Antony Blinken,
visitó México para solicitar acciones orientadas a reducir los cruces
ilegales en la frontera.
Las alarmas de Washington habían sonado
antes, el 18 de diciembre: ese día se anunció el cierre de siete de sus
puestos fronterizos ante la llegada de 12.500 personas. La capacidad
para procesar era solamente de 4.000.
La "operación carrusel"
Todo
parece indicar que la ampliación de la oferta de empleo derivada de la
construcción de megaproyectos como el Tren Maya, el tren a lo largo del
Istmo de Tehuantepec y la refinería de Dos Bocas, o los programas
sociales insignia, no fueron el principal detonante de esta reducción.
Hay
que destacar que estas iniciativas comenzaron a implementarse desde los
primeros años del sexenio anterior y, sin embargo, en ningún momento de
2018 a 2023 se registra una disminución pronunciada.
Por el
contrario, durante ese periodo se registraron incluso varios "picos" en
la curva del número de intercepciones de migrantes por parte de la
Patrulla Fronteriza.
En el año 2021 fueron 2.035.585, mientras que
en 2022 y 2023 superaron las 2.500.000 por año, según datos del Centro
de Información de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP, por
sus siglas en inglés).
En contraste, desde diciembre de 2023 el número de intercepciones disminuyó
drásticamente. En septiembre de este año, la Patrulla Fronteriza
contabilizó 101.790 intercepciones, cifra un 62 % menor en comparación
con el mismo mes del año pasado.
La baja en el número de
intercepciones registradas en EE.UU. coincide con el número de
detenciones de migrantes registradas en territorio mexicano.
La nación latinoamericana reportó 712.226 detenciones de migrantes durante los primeros seis meses de este año, casi tres veces más en comparación con el mismo periodo de 2023.
Las detenciones se han convertido en pieza clave de una polémica
estrategia gubernamental, conocida popularmente como "operación
carrusel": el transporte de miles de migrantes desde los límites entre
México y EE.UU. hasta las entidades federativas cercanas a la frontera
sur.
De acuerdo con organizaciones en defensa de los derechos humanos, estas acciones del gobierno se han ido intensificando para provocar "desgaste"
físico y emocional entre quienes intentan cruzar la frontera, luego de
que la Suprema Corte declaró inconstitucional la detención de migrantes
por más de 36 horas.
De esta forma, los migrantes trasladados
hasta el sur de México se ven orillados a realizar varios intentos con
tal de llegar a ciudades fronterizas como Tijuana, Mexicali o Ciudad
Juárez, con la esperanza de cruzar a EE.UU.
Los costos por el
cambio de orientación de la política migratoria han sido bastante
"altos", comenta en entrevista Ana María Aragonés, investigadora del
Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) especializada en temas de migración.
Las detenciones se han convertido en pieza clave de una
polémica estrategia gubernamental, conocida popularmente como "operación
carrusel": el transporte de miles de migrantes desde los límites entre
México y EE.UU. hasta las entidades federativas cercanas a la frontera
sur.
"Hay que recordar cómo AMLO implementó una
política migratoria sumamente humana, muy abierta. Se concibió a la
migración como un derecho humano. Sin embargo, con las amenazas de
Trump, López Obrador tuvo que tomar decisiones muy duras", recuerda la catedrática.
De
acuerdo con un informe publicado por el Centro de Derechos Humanos Fray
Matías de Córdova, en julio del año pasado, el gobierno mexicano ha
terminado asumiendo un "enfoque de seguridad nacional" en su política
migratoria, a través de la implementación de "medidas de control,
detención y deportación" de personas que requieren protección
internacional.
El Consejo Ciudadano del Instituto Nacional de
Migración, así como la Organización Internacional para la Migración
(OIM) de Naciones Unidas, han señalado que la detención de migrantes debe ser considerada como una acción de "último recurso". En México, en cambio, se ha convertido en práctica común.
Amenazas en medio de una promesa incumplida
En medio de las
tensiones entre México y EE.UU. acontecidas durante el primer gobierno
de Trump, alcanzar un acuerdo de mutuo beneficio para ambos países
parecía una tarea imposible.
La propuesta de López Obrador era lanzar un programa de desarrollo regional,
cuyos recursos serían canalizados a los países que integran el
Triángulo Norte, así como a la región sur de México. A regañadientes,
Trump aceptó el planteamiento.
El gobierno mexicano, por su parte,
se comprometió con el despliegue de 15.000 elementos de la Guardia
Nacional en la frontera norte y 6.500 en la frontera sur.
Sin
embargo, con todo y que durante los meses subsecuentes la administración
de López Obrador reportó una baja significativa en las cifras de
migración, el gobierno de Donald Trump nunca destinó los recursos que había prometido.
El compromiso lo volvió a asumir Joe Biden tan pronto tomó posesión,
tras vencer a Trump en la elección de noviembre de 2020, pero el
presidente surgido de las filas del Partido Demócrata tampoco cumplió su
palabra.
"Desde el gobierno del presidente Trump se ofrecieron los 4.000 millones de dólares y no han aprobado en el Congreso (estadounidense) nada, en cinco años", declaró López Obrador en junio de 2022.
En
la perspectiva de Ana María Aragonés, a pesar de las promesas hechas
desde Washington, nunca ha existido un "auténtico interés" por promover
el desarrollo de México y los países centroamericanos.
"Los países del Sur, en realidad, nos dedicamos a subsidiar a los países del Norte con nuestra mano de obra y nuestros recursos naturales", sentencia la investigadora.
Aragonés
asegura que desde Washington "no existe intención" de transformar la
realidad de quienes aspiran a cumplir el denominado 'sueño americano'
cruzando la frontera: "En EE.UU. necesitan de los migrantes, sí, pero los quieren vulnerables, por eso los criminalizan, es una tragedia", lamenta.
La estrategia de México
Hasta el momento, la presidenta
Claudia Sheinbaum se dice confiada de poder sortear la llegada del
magnate de Nueva York a la Casa Blanca. "Va a haber buena relación", responde cada vez que es cuestionada sobre el asunto.
Marcelo
Ebrard, quien jugó un papel decisivo a la hora de aliviar las tensiones
durante el primer mandato de Trump en calidad de secretario de
Relaciones Exteriores, hoy convertido en titular de la Secretaría de
Economía, incluso se declara preparado para fortalecer la relación.
Por
otro lado, ante la amenaza de deportaciones masivas, situación que
sería insostenible para México, Aragonés asevera que el gobierno de
Sheinbaum necesita reorientar las funciones de la red consular de México
en EE.UU.
"Estamos listos para defender nuestra soberanía,
los intereses de México y potenciar el tratado en beneficio de
Norteamérica", escribió el exjefe de Gobierno de la Ciudad de México
hace unos días en redes sociales.
En caso de que se impongan
aranceles de hasta un 25 % si no se frena la migración, tal como ha
amenazado Trump, Ebrard adelanta que la estrategia de México será aplicar medidas en una escala similar, con lo cual, las consecuencias serían inmediatas para la economía estadounidense.
"Es tan grande la importación de EE.UU. respecto a México, que le
pegaría no solo a la industria automotriz, sino que le pegas a muchas
otras. El impacto sobre el incremento de los precios en la Unión
Americana se haría sentir al día siguiente de aplicar la medida",
aseguró Ebrard.
Por otro lado, ante la amenaza de deportaciones
masivas, situación que sería insostenible para México, Aragonés asevera
que el gobierno de Sheinbaum necesita reorientar las funciones de la red
consular de México en EE.UU.
"La red consular debe favorecer un
verdadero apoyo a los migrantes. Los consulados deben asumir la función
de defender a los migrantes en todo sentido, ya no limitarse solamente a gestionar trámites", concluye la catedrática de la máxima casa de estudios.
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Nota cortesía:
Fuente de información:
Ariel Noyola Rodríguez (19 de noviembre de 2024). La 'alta' factura que México ha tenido que pagar para frenar la migración hacia EE.UU. RT en Español Rusia. Recuperado el 23 de noviembre de 2024 de: https://actualidad.rt.com/actualidad/530890-alta-factura-mexico-pagar-migracion-eeuu
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