La repulsión que sentimos la mayoría de seres humanos por las cucarachas no es casualidad, y tal vez se trate de una respuesta evolutiva al peligro que representan para nuestra salud. Pero las moscas y hormigas tampoco se quedan atrás, pues estos insectos de apariencia tan inocente pueden cargar 72 y 13 millones de microorganismos nocivos, respectivamente.
Cazando cucarachas.
Rosana Siqueira, bióloga y docente de la Universidad Metrocamp, salió a las calles acompañada por la alumna Rayanne Koeler para llevar a cabo una cacería de cucarachas, moscas y hormigas con el fin de obtener respuestas. “Tuvimos que recolectarlas vivas, lo que terminó dificultando el trabajo principalmente con las cucarachas”, dice Rosana. Estos insectos son difíciles de atrapar por sus hábitos nocturnos y porque no suelen aparecerse en cualquier lugar, prefiriendo áreas oscuras y solitarias.
Al final, las investigadoras atraparon un total de 40 animales. Una vez en el laboratorio les dieron un baño con una solución salina, que prácticamente las esterilizó de las antenas hasta las patas. Posteriormente, este líquido residual fue colocado en medios de cultivo para realizar una identificación de los microorganismos que habían transportado.
Los resultados fueron de terror: en una sola cucaracha lograron encontrar 250 millones de hongos y bacterias, en las moscas se identificaron 72 millones de estos agentes infecciosos y las hormigas 13 millones. En la lista se encuentran bacterias muy bien cocidas y malvadas como la Enterobacter aerogenes, Salmonella, Escherichia coli y Shigella, responsables por enfermedades cuyos síntomas incluyen el dolor de estómago, diarrea, vómito y fiebre. Pero también se encontraron hongos como la Candida albicans, que provoca candidiasis, y el Rhodotorula, asociado con micosis e incluso meningitis.
Todos estos agentes malvados se embarcan en los insectos y contaminan alimentos, objetos, utensilios domésticos, etc., etc., etc. En estas cantidades, resultan suficientes para provocar enfermedades en personas sanas y, sobre todo, en aquellas personas cuyo sistema inmunológico es frágil como los ancianos, pacientes hospitalarios y niños pequeños.
Cómo blindar tu casa contra estos insectos.
Siempre podemos realizar algunas acciones preventivas para mantener a estos intrusos fuera de nuestros hogares. Échale un vistazo a estas recomendaciones.
- Si tienes el bote de basura sobre el lavadero o tarja de la cocina, lo mejor es que te vayas olvidando de esta practicidad. Lo ideal sería tener el contenedor en el suelo, y recordar cambiar la bolsa con frecuencia. De ser posible, vacíalo antes de ir a dormir para evitar que se acumule. Lo mismo aplica con el bote de basura en el baño.
- Cuando saques la basura al exterior, asegúrate de amarrar bien la bolsa para evitar que estos animales ingresen.
- En el baño, jamás dejes abierto el tubo de pasta dental o pequeños restos de la crema dental sobre el lavado. El endulzante contenido en estos productos suele atraer a multitud de insectos hambrientos.
- Si tienes el placer culposo de comer en la cama o sofá tras un largo día de trabajo, olvídate de eso. Tu mamá tenía razón: el único lugar para comer es la mesa. Y es que estos sitios no se limpian tan a fondo como la cocina. Lo peor es que los pequeños restos pueden terminar atrayendo a estos insectos.
- El contenedor de azúcar siempre debe estar bien cerrado, y de preferencia en el refrigerador.
- Las heces y orina de tu mascota deben recogerse apenas haga sus necesidades. A los insectos no sólo les gusta disfrutar de comidas deliciosas, también se sienten atraídos por estas porquerías.